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Maduro amenaza con una revisión «exhaustiva» de las relaciones con España

España considera «intolerables» los «insultos y amenazas» de Nicolás Maduro

Nicolas Maduro durante su programa de televisión.
Nicolas Maduro durante su programa de televisión.larazon

El Gobierno venezolano ha comunicado al embajador español en Caracas que realizará una revisión "exhaustiva"de las relaciones con España, decisión que se toma después de que el Ejecutivo español transmitiera al embajador de Venezuela en Madrid que considera «intolerables» las últimas «declaraciones, insultos y amenazas» proferidas por Nicolás Maduro.

En una reunión de apenas cinco minutos celebrada ayer en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores de las Torres Ágora de Madrid, el director general para Iberoamérica, Pablo Gómez Olea, transmitió al embajador de Venezuela en España, Mario Isea, el «malestar y rechazo» del Gobierno por «las intolerables declaraciones, insultos y amenazas proferidas por el presidente Maduro contra España». Según Exteriores, esas palabras «no contribuyen a un mínimo entendimiento entre dos gobiernos que representan a dos pueblos unidos históricamente por estrechos lazos». La respuesta venezolana no tardó en llegar: horas después de que tuviera lugar la reunión en Madrid, la Cancillería venezolana convocaba a su vez al embajador español en Caracas, Antonio Pérez-Hernández y Torra. Tras esta cita, el Gobierno venezolano anunció que realizará una revisión «exhaustiva» de sus relaciones con España.

Concretamente, las palabras que Maduro profirió el martes durante su programa en la televisión estatal venezolana ante una entregada audiencia fueron: «El rajao de Rajoy está detrás de todas las maniobras contra Venezuela, de todas las jugadas y asquerosidades contra la patria de Bolívar». Más adelande, el heredero político de Chávez llegó a afirmar: «Las Cortes vayan a opinar, pero de su madre, no de Venezuela» refiriéndose al detonante de la enésima tormenta diplomática entre España y Venezuela, una reciente resolución del Congreso de los Diputados pidiendo la liberación de presos políticos en cárceles militares venezolanas, señaladamente la del dirigente del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, y de los alcaldes Antonio Ledezma y Daniel Ceballos.

Además de ataques verbales contra España, Maduro anunció «medidas y decisiones» del Gobierno venezolano como contestación a la resolución del Parlamento español. «Venezuela no se va a dejar agredir por las Cortes de España y mil Cortes que vengan de Madrid, así lo anuncio y estoy preparado para dar la batalla contra Madrid; si nos buscan nos encuentran, ya nos encontraron pues, se acabó», dijo Maduro, que especificó que las medidas serán de carácter político, económico, social, diplomático, popular y mediático.

No es ésta la primera vez que Nicolás Maduro, siguiendo en esto también la retórica inflamada de su predecesor Chávez, realiza insultantes declaraciones contra España y sus instituciones democráticas. Hasta el momento el departamento dirigido por José Manuel García-Margallo había optado por dar la callada como respuesta, pero fuentes diplomáticas aseguraron ayer a LA RAZÓN que el tono de los insultos del líder bolivariano no podía quedar sin contestación. En estas polémicas la diplomacia española tiene que mantener un delicado equilibrio para dar una respuesta proporcionada a los ataques de Maduro sin perjudicar los intereses de los empresarios españoles que desarrollan su actividad en Venezuela. En cualquier caso, en Exteriores se ven estas últimas amenazas de Maduro en el mismo contexto que las anteriores, es decir, ataques a España destinados al consumo mediático interno en una Venezuela que sufre una situación económica casi desesperada.

La respuesta del Gobierno a los «insultos y amenazas» del régimen venezolano de Nicolás Maduro recibió ayer el apoyo, sin fisuras, del PSOE y del PP. Un gesto significativo a semanas de unas elecciones trascendentales para los dos principales partidos y que convierte en una lección práctica la teoría de que las relaciones exteriores deben ser una política de Estado. La ex ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación y diputada socialista, Trinidad Jiménez, expresó en los pasillos del Congreso el respaldo del PSOE a la decisión del Ejecutivo de convocar al embajador de Venezuela en Madrid. En muy parecidos términos se manifestó el portavoz adjunto del PP en el Congreso, Rafael Merino, quien instó al presidente venezolano a que, en lugar de atacar al presidente español, respete los derechos humanos en su país y ponga en libertad a los opositores. El PP mantiene una relación constante con grupos de la oposición venezolana y con los familiares de los políticos encarcelados por el régimen. La semana pasada, el secretario de Relaciones Internacionales, José Ramón García, se reunía con una representación de ellos en un restaurante de la capital.