Política

Mossos d'Esquadra

Marlaska entrega la calle a los Mossos

Aparca la polémica de los lazos y acuerda con Torra que el espacio público «sea de todos los ciudadanos» sin concretar medidas

Marlaska y Torra, ayer, a la entrada de la Junta de Seguridad celebrada en Bracelona / Efe
Marlaska y Torra, ayer, a la entrada de la Junta de Seguridad celebrada en Bracelona / Efelarazon

Aparca la polémica de los lazos y acuerda con Torra que el espacio público «sea de todos los ciudadanos» sin concretar medidas.

La Junta de Seguridad de Cataluña se reunió ayer en el Palau de la Generalitat, con la presencia de, entre otras autoridades, del president de la Generalitat, Quim Torra, el ministro del Interior, Fernando Grande–Marlaska, el consejero de Interior, Miquel Buch, y mandos de todos los cuerpos policiales. Era una reunión muy esperada, y que se llevó a cabó con normalidad y cordialidad, tal y como se encargaron de destacar en varias ocasiones los protagonistas de la comparecencia.

Hubo algunos acuerdos importantes, como la incorporación de los Mossos d’Esquadra al Centro Contra el Terrorismo (Citco), una vieja petición de la Policía Autonómica, y el acuerdo para intentar nuevas promociones en los próximos años de agentes de este cuerpo, pero destacó lo que comentaron Grande-Marlaska y Buch sobre el espacio público, debido a los polémicos lazos amarillos con los que se reclama la liberación de los políticos soberanistas presos.

En este sentido, se optó por la «neutralidad del espacio público», una opinión que pareció ser compartida por ambas administraciones. No detallaron cómo se desarrollará este compromiso, pero Grande-Marlaska optó en todo momento por apostar a favor de la convivencia, después de unas semanas ciertamente tensas en Cataluña en lo que se refiere a la presencia o no de los lazos amarillos. Por su culpa, ha habido algunos incidentes públicos. «Tiene que ser todo para un encuentro», señaló el ministro.

La ocupación del espacio público fue precisamente el primer punto que se trató en una Junta de Seguridad que duró casi dos horas. Por lo tanto, se analizó la convivencia en el espacio público, aunque no se aportaron detalles. El ministro resaltó en todo momento –obviando asuntos más políticos– la buena colaboración entre los cuerpos policiales y las instituciones. «Se debe hacer un uso adecuado del espacio público para que todo el mundo pueda ejercer sus derechos y libertades», dijo.

Por lo tanto, y sin entrar en más detalles, Grande-Marlaska dejó en manos de los Mossos la gestión del espacio público en Cataluña. Por su parte, Buch tampoco ofreció detalles sobre esta «neutralidad del espacio público», aunque insistió en numerosas ocasiones en que «no hay un problema de convivencia en Cataluña», pese a los últimos incidentes.

El ministro también quiso tender la mano, e insistió en que los políticos están para resolver problemas, no para crearlos, y recordó que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) resolvió en una sentencia de este verano que las instituciones debían mantener la citada neutralidad de los espacios públicos, algo a lo que dio una especial importancia.

Torra no compareció ante los medios de comunicación, ni tampoco la delegada del Gobierno en Cataluña, la socialista Teresa Cunillera, pese a que estuvieron presentes en la reunión. Finalmente, Grande–Marlaska y Buch anunciaron que en los próximos tres años los Mossos incorporarán a unos 2.000 agentes.

Desde Madrid, el líder del Partido Popular, Pablo Casado, aseguró que «el único acuerdo» al que tiene que llegar el Gobierno central con la Consellería de Interior de Cataluña es «que los Mossos de Escuadra no reciban órdenes ilegales y que apliquen la ley», informa Efe.