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Mas: «Este "no"doloroso no frena la voluntad del pueblo de Cataluña»

Mas durante su comparecencia
Mas durante su comparecencialarazon

A las 22:58 horas, minutos después de que el Congreso cerrara la puerta a la propuesta catalana a celebrar una consulta «pactada y legal», Artur Mas apareció en la galería gótica del Palau de la Generalitat para anunciar que «aquí no se acaba todo». El president de la Generalitat lanzó tres mensajes: que este «no doloroso» de los diputados del Parlamento español –299 votos en contra por 47 a favor– no frenará la voluntad del pueblo de Cataluña, que el siguiente paso del camino hacia la consulta será construir marcos legales que permitan a los catalanes votar el próximo 9 de noviembre y que pese a que el Gobierno ha desaprovechado una nueva oportunidad para dialogar, su mano sigue tendida por si cambia de parecer.

A sabiendas de que la petición catalana para transferir la competencia sobre referendos sería rechazada, Mas no viajó a la capital. Evitó así la imagen de derrota que ofreció el lendakari Juan José Ibarretxe en 2005, cuando sometió su plan a la votación del Parlamento español. Entonces, Ibarretxe perdió, como perdieron ayer los diputados catalanes que defendieron la propuesta para celebrar una consulta en clave soberanista en noviembre. Pese a la derrota, Mas defendió que la votación del Congreso no supone un punto y aparte, que pese que el Gobierno «se ha equivocado» y la votación es «dolorosa», el resultado del Congreso sólo es un punto y seguido. Para Mas solo se ha cerrado una de las vías hacia la independencia. El siguiente paso será aprobar en el Parlament de Cataluña la ley de consultas catalana para dar cobertura legal a la votación pactada por el frente soberanista el 9 de noviembre.

Aunque el PP haya ofrecido si no veinte, al menos diecisiete veces a Mas negociar una mejora del sistema de financiación, más infraestructuras para Cataluña y ayudas a las pymes a cambio de aparcar la consulta soberanista, el portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, o se hace el sordo o debería pedir hora al otorrino, porque ayer insistía en que no ha escuchado ninguna contraoferta. Era una excusa más para eludir hablar de otra cosa que no sea la consulta. Una propuesta de financiación por parte del Gobierno le parece ahora insuficiente. A Mas no le convencieron los argumentos de Rajoy ni Pérez Rubalcaba. El resultado de la votación en el Congreso de los Diputados no cambia el rumbo hacia la consulta.

«La consulta se celebrará sí o sí. Es evidente que votar se votará. ¿O van a suspender la democracia?», aseguró por su parte el portavoz del Ejecutivo catalán antes de coger el AVE dirección Madrid. Homs fue el máximo responsable del Gobierno catalán en la tribuna de invitados del Congreso, porque Mas prefirió quedarse en casa. Pasó el día en el Palau de la Generalitat, por la mañana reunió a su Ejecutivo, por la tarde siguió el debate y desde allí preparó una declaración que leyó ante una cámara de la televisión pública catalana a última hora de la noche, cuando terminó el debate en el Congreso. Por no dejar, no se dejó ni fotografiar porla Prensa. El fotógrado de la Generalitat envió una imagen suya por cortesía.

Mas tuvo el apoyo de unos «hooligans» convergentes con «senyeres» –banderas catalanas–, que se congregaron en la plaza Sant Jaume de Barcelona.

También su fiel escudero, Homs intentó defender al president de quienes criticaron su ausencia en el Congreso. «Algunos insisten en la visión de que Mas tenía que ir para afrontar una especia de duelo entre hidalgos más propio de la Edad Media que de una democracia del siglo XX», dijo, un símil con el que pretendía censurar el «modus operandi» de la política que practica el Gobierno. «Están acostumbrados a que la política se hace en los despachos, en los palcos de los estadios. Esta es la democracia de ordeno y mando, de arriba a abajo», lamentó, antes de pedir que ponga punto y final a esta visión de presentar los debates como un duelo de la edad media entre hidalgos». Pero lo que logró Homs con esta metáfora medieval fue que uno acabara visualizando al portavoz como Sancho Panza y al president de la Generalitat como un Don Quijote luchando contra los molinos de viento.

Pese al «no» mayoritario de los diputados del Congreso, inclusive, de los diputados catalanes del Congreso, Mas y a los suyos no se amilanan. No dan ni un paso atrás. El frente soberanista quería una negativa en firme por parte del Gobierno para seguir adelante con su plan soberanista y vender en el extranjero que Rajoy tiene una actitud poco dialogante.

El siguiente paso será aprobar en el Parlament de Cataluña la ley de consultas catalana para dar cobertura legal a la votación que los partidos soberanistas acordaron para el próximo 9 de noviembre. El mismo Homs recordaba ayer que el Estatut da a la Generalitat de Cataluña la potestad para convocar consultas no vinculantes. Aunque el Gobierno ya ha avisado de que tiene la intención de recurrir la ley de consultas catalana al Constitucional.