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Medidas urgentes para salvar el árbol de Gernika
La Diputación Foral de Vizcaya ha adoptado "medidas urgentes"para salvar el árbol de Gernika, un roble trasplantado en el año 2005 que se encuentra "debilitado"por la falta de oxígeno, por lo que ha entrado "prematuramente en el otoño".
Así lo ha explicado hoy en Gernika, frente a este árbol, la profesora del departamento de Biología Vegetal de la UPV/EHU Miren Duñabeitia, quien ha comparecido junto a la presidenta de Juntas Generales de Bizkaia, Ana Madariaga, y el ingeniero agrícola Kepa Txarterina.
Madariaga ha reconocido que los representantes de la Diputación foral de Bizkaia están "preocupados"por la salud de este roble, que "permanece y permanecerá en el tiempo como un milenario símbolo de las libertades vascas".
Las pruebas realizadas por la Diputación foral han descartado que el árbol se haya visto afectado por las enfermedades phytopthora y armillarea mellea, hongo este último que causó la muerte del anterior roble, ha confirmado Txarterina.
Duñabeitia ha asegurado que, aunque puede parecer "seco", el árbol "sigue vivo", como lo indican "la formación de yemas en la mayoría de las ramas y el buen funcionamiento del flujo xilemático".
Sin embargo, ha dicho que se encuentra "debilitado por las condiciones adversas en las que está creciendo", entre las que ha citado que se sitúe en una zona "muy sombría", con una "permanente humedad ambiental"y en el hecho de que, en lugar de crecer en un espacio amplio, se localice "en un recipiente".
Por ello, ha manifestado que, "para protegerse", ha entrado de forma prematura en el otoño y sus hojas han "cumplido su ciclo vital, secándose".
Para oxigenar sus raíces, la Diputación foral ha inyectado oxígeno en su cepellón, ha mejorado la estructura del suelo con enmiendas orgánicas y su textura con aportes de arena y ha iniciado la realización de zanjas para mejorar su drenaje.
Además, recuperará su flora microbiana con la aplicación de microorganismos específicos, que facilitarán la generación de nuevas raíces, según ha dicho esta bióloga.
Duñabeitia ha destacado que, en gran medida por las lluvias intensas de los últimos años, se ha hecho "casi inexistente"el drenaje del árbol, debido a que el espacio poroso del suelo se ha reducido y el agua de lluvia se ha visto retenida.
En cualquier caso, ha considerado que es preciso ser consciente de que, ante "la complicada ubicación"del roble de Gernika, en el futuro los ejemplares que crezcan es posible que no lleguen a ser centenarios.
"Hay que tener presente que el símbolo de las libertades vascas será representado en la misma generación de personas por más de un ejemplar de la estirpe del Roble Viejo, cuyos restos se conservan en la Casa de Juntas de Gernika", ha apuntado.
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