El saqueo sindical
Méndez corta una cabeza para salvarse
Hace unos días, el secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), Cándido Méndez, reconocía que se planteó dimitir tras los escándalos de las facturas falsas, los ERE irregulares y la posible financiación ilegal del sindicato que dirige. Tan rápido se planteó esta posibilidad como tan rápido se diluyó. Y es que en sus últimas declaraciones, realizadas hace dos días, ha quedado patente que no pensaba dar la cara por los desmanes de su sindicato en Andalucía. A pesar del fuerte deterioro que ha sufrido la imagen de UGT a nivel nacional, bien podría decirse que Méndez ha pensado que «cada palo aguante su vela» y que sean los de Andalucía quienes afronten las consecuencias. Es conocido que Méndez aconsejó en privado al secretario general de los ugetistas en Andalucía, Francisco Fernández Sevilla, que dimitiera. El líder ugetista reivindicó que él «personalmente» utilizó el término «dimitir, que forma parte del acervo democrático de la organización». Aconsejó pero no lo impuso, puesto que los estatutos del sindicato no permiten a la dirección estatal de UGT destituir a la ejecutiva de sus federaciones regionales o sectoriales ante situaciones de corrupción como las actuales.
¿Qué ha precipitado la caída de Fernández Sevilla? Que iba a dimitir se daba por descontado –algunos miembros del sindicato lo confirmaron a este periódico–, pero lo que no se esperaba es que decidiera hacerlo de forma tan precipitada. Su renuncia se produce el mismo día en que la Junta de Andalucía le pide que devuelva 1,8 millones de euros de ayudas de 2009, en las que se han descubierto anomalías. UGT-A hizo público que daría explicaciones el próximo 9 de enero en un congreso extraordinario en el que se «depurarían» responsabilidades. Del impacto que el escándalo de Andalucía iba a provocar a la organización de UGT en su conjunto Méndez era consciente, sabía que no podía escapar y cuanto antes se depuraran responsabilidades, mejor. «Claro que esta situación me afecta como máximo responsable de UGT», llegó a decir hace dos días, «pero, ahora, identificar qué ocurrió y por qué le corresponde a otras instancias de la organización», llegó a decir.
De Méndez, nacido en Badajoz en 1952, podría decirse que casi toda su vida ha estado ligada a este sindicato. Afiliado a UGT y al PSOE con tan sólo 18 años, ostenta la Secretaría General desde 1994. Reelegido desde entonces en cuatro ocasiones, Méndez está viviendo la mayor crisis de credibilidad de su sindicato. Aunque de puertas para afuera se ha mostrado impertérrito ante los últimos acontecimientos acaecidos en UGT, de puertas para adentro Méndez ha mostrado su enfado por el grave daño que están ocasionado a la imagen del sindicato que hace ya tiempo que ha perdido fuelle y credibilidad como demuestra la importante caída de afiliados que vive en los últimos tiempos. El crédito de UGT ha quedado en entredicho y visto que la existencia del sindicato depende de las subvenciones públicas, su gestión debe ser lo más transparente posible y es más necesario que nunca que haga un ejercicio de autocrítica. Aunque esta palabra no forma parte «del acervo democrático de la organización», como se constata en la resolución emitida por UGT tras el Comité Confederal celebrado hace dos días en Madrid. En esa resolución sólo se leen frases de ataques a terceros y ahonda en la teoría de que hay una «campaña de hostigamiento» contra UGT-Andalucía. En dicha resolución, el Comité «denuncia la intención de transformar imputaciones aisladas, que se están investigando, en una causa general contra la organización (...). Las responsabilidades del sindicato le convierten en un firme baluarte en defensa del Estado de Bienestar, y en este sentido se explica la ofensiva basada en la difamación de esta organización sindical, dentro de la campaña antisindical promovida por los movimientos y estamentos más conservadores que apoyan al Gobierno (...). Se denuncia la campaña maliciosa de determinados medios de comunicación, y se rechazan por infundadas las imputaciones injustas incorporadas a algunas resoluciones judiciales, que ignoran el papel que desempeña el sindicato en la protección de los derechos de los trabajadores».
Pero el goteo de informaciones sobre posibles casos de corrupción en el seno del sindicato no tiene visos de terminar. No sólo se extienden a Andalucía sino que llegan hasta UGT de Cataluña por supuestos pagos en dinero negro en el seno del sindicato, como adelantó este periódico el pasado miércoles. Pero Méndez todavía pone la mano en el fuego sobre el resto de federaciones. Sobre UGT Cataluña dijo «que las cosas se hacen bien» y respecto a Fernández Sevilla quiso aclarar que sobre él no pesa, aún, «ningún tipo de imputación».
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