Barcelona
Pujol defiende a su hijo a tres días de que declare
El ex presidente denuncia que «en España no funciona nada»
A sólo cuatro días de que su hijo declare como imputado ante el juez por presunto tráfico de influencias en el «caso de las ITV», Jordi Pujol defendió en público su inocencia. Preguntado por los presuntos casos de corrupción vinculados a los apellidos Pujol-Ferrusola, el ex presidente de la Generalitat se mostró «muy confiado» en que todos los casos tendrán un desenlace feliz, pese a la desconfianza absoluta que tiene en el sistema. Después de haberse declarado a favor de la independencia –lo explica en su último libro «El caminante ante el desfiladero», editado por Destino–, pese a haber sido un firme defensor de España como país emergente, Pujol, alejado ya de la primera línea política, hace tiempo que no se muerde la lengua. Ayer, en la presentación en Barcelona de las memorias de Santiago Carrillo «Mi testamento político» (Galaxia Gutenberg), cuando se le preguntó por la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), que obliga a las escuelas a dar clases en castellano en caso de que un solo alumno lo pida, no puso filtros a su respuesta. Visiblemente hastiado del eterno tira y afloja entre Cataluña y el Estado, concluyó que «en España no funciona nada». Y nada es nada. «No funciona el Tribunal Constitucional (TC), ni los partidos, ni las Cortes, ni el Banco de España, que ha hecho una actuación desastrosa a la hora de controlar el sistema financiero, ni el Supremo y no funcionan las autonomías», zanjó.
Pujol recordó que tras fallarse la sentencia en contra del Estatut, la misma presidenta del TC, María Emilia Casas, cuando abandonó el cargo, admitió que estaba «contenta de dejar de ser miembro de un tribunal dudosamente constitucional».
El ex presidente de la Generalitat que en los años ochenta impulsó la inmersión lingüística en las escuelas catalanas, aclaró que «después de 25 años de inmersión lingüística, no hay un problema en la calle ni para los catalanohablantes ni para los castellanohablantes» y defendió que «el respeto a la lengua es un problema de tanta trascendencia como el respeto a las competencias o la financiación».
En la misma línea se expresó otro ex presidente de la Generalitat, José Montilla. El socialista, que también participó en la presentación del libro de Carrillo, respondió que «es un error» la última sentencia contra el catalán del TSJC. Y advirtió de que «los tribunales están para solucionar problemas, no para crear nuevos». Montilla lamentó que «judicializar el tema es lo peor que se puede hacer» y «es una grave irresponsabilidad por parte de aquellos que lo hacen». Tanto Pujol como Montilla reconocieron a Carrillo su comprensión de la realidad de Cataluña, a la que reconocía como nación, e invitaron a otros dirigentes a asimilar su sensibilidad.
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