La amenaza yihadista
Refuerzo antiyihadista a un mes del aniversario del 17-A
Cataluña, Madrid y la Costa del Sol se mantienen como objetivos prioritarios de los terroristas
Cataluña, Madrid y la Costa del Sol se mantienen como objetivos prioritarios de los terroristas.
Los servicios de información antiyihadistas han sido reforzados este verano en Madrid, Barcelona y la Costa del Sol, zonas en las que se considera que los terroristas podían intentar algún atentado, según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto. Estas hipótesis, que se basan en datos que poseen dichos servicios, no excluyen, sin embargo, una acción criminal en algún otro punto de España, por la particular forma de operar de los yihadistas, con actores solitarios y células autónomas.
A punto de cumplirse un año de los atentados de Cataluña, esta comunidad sigue siendo objetivo preferente (por vengar a los «hermanos asesinados», en referencia a los terroristas de la célula de Olot). Madrid y la Costa del Sol están también en el punto de mira de los yihadistas, que ven las zonas turísticas como espacios de perdición y vicio.
España es un objetivo permanente. Las noticias del continuo crecimiento de turistas extranjeros quer nos visitan no pasan inadvertidas a los reponsables de las bandas yihadistas. A ello hay que unir la existencia de un Gobierno débil, sometido a múltiples contradicciones en función del extraño abanico de fuerzas políticas que lo sustenta y que podría ser presa fácil de los terroristas en su estrategia de desestabilizar un país occidental,con importantes bases militares desde las que han partido algunos de los ataques que han sufrido.
Los yihadistas no han abandonado su estrategia final de un «gran califato», pero ante la imposibilidad de conseguirlo a corto plazo lo supeditan a los ataques y acciones de carácter táctico. Un atentado perpetrado por un actor solitario («lobo») es cada vez más imprevisible, ya que se han dado cuenta de que las consultas a través de las redes sociales, en especial Telegram, resultan cada día más fáciles de detectar.
Como informó este periódico, los terroristas yihadistas, tanto los del Estado Islámico como los de Al Qaeda, se limitan (sin contactos directos con sus centrales) a tomar como referencia a estas bandas, a través de la propaganda que difunden para constituir células o atentar. A este respecto, el trabajo que realiza el «Cibercalifato» resulta letal. La propaganda les marca líneas generales para los ataques. Los expertos creen que están en formación en occidente grupos «autónomos y autosuficientes» que se forman en torno a un líder que tiene la «autoridad» moral y religiosa sobre los individuos que va a fanatizar. En algunos casos esa persona puede ser un imán. Al Qaeda y, en especial el EI, ante las derrotas territoriales, ha optado por esta estrategia que, a efectos propagandísticos, le da resultado para el mantenimiento de la amenaza contra occidente.
En la formación de los yihadistas tiene especial importancia la propaganda que el «cibercalifato», y su homónimo de Al Qaeda, difunden a través de las redes, en abierto o mediante textos e imágenes encriptados. En la propaganda, dicen expertos que han podido examinarla, se muestran imágenes cada día de mayor dureza y se presentan a los «infieles» de la coalición internacional como asesinos de mujeres y niños.
Como modelo a seguir, se publican asesinatos de «enemigos» mediante la decapitación. Todo ello hace pensar que se pretende un aumento de los atentados para sembrar la inseguridad hasta que puedan organizar ataques de mayor envergadura.
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