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Rubalcaba acepta la dimisión de Zaragoza en la dirección del PSOE

El PSC se queda por primera vez en 35 años sin representación en el máximo órgano del Grupo

El diputado del PSC José Zaragoza durante el pleno que se celebró ayer en el Congreso de los Diputados.
El diputado del PSC José Zaragoza durante el pleno que se celebró ayer en el Congreso de los Diputados.larazon

Hubiera ocurrido lo mismo con un andaluz, un extremeño o un murciano... Un miembro de la dirección del grupo parlamentario que rompe la disciplina de voto no puede seguir al frente del máximo órgano ejecutivo del PSOE en el Congreso.

Hubiera ocurrido lo mismo con un andaluz, un extremeño o un murciano... Un miembro de la dirección del grupo parlamentario que rompe la disciplina de voto no puede seguir al frente del máximo órgano ejecutivo del PSOE en el Congreso. Y así lo entendió el propio José Zaragoza, secretario general adjunto del grupo, cuando a última hora de la tarde de ayer presentó su renuncia a Alfredo Pérez Rubalcaba y éste se la aceptó de inmediato. Hombre de la máxima confianza de Carme Chacón y ex secretario de Organización del PSC, se convierte en la primera víctima de la enésima crisis entre el socialismo catalán y el PSOE. Un cisma que deja al PSC por primera vez en 35 años sin representación en la dirección del grupo parlamentario.

La decisión de Zaragoza, que recibió presiones del PSOE durante todo el día para que presentara voluntariamente la dimisión, se produjo 24 horas después de que 13 de los 14 diputados del PSC decidieran votar a favor de sendas resoluciones sobre el derecho a decidir de CiU e ICV. En el mismo momento se supo que el PSOE había impuesto sanciones de 600 euros para todos ellos, también para Carme Chacón, que se desmarcó de los socialistas catalanes, pero tampoco votó con el PSOE.

Desde la dirección federal ponen en valor la decisión de Zaragoza, quien aseguran que entendió desde el primer momento que no podía continuar formando parte de la dirección del grupo, que es la que marca cada semana la disciplina de voto en el Parlamento. Cosa distinta es la Ejecutiva Federal del PSOE, de la que el catalán seguirá formando parte, ya que fue elegido por un Congreso. Los lamentos por las primeras consecuencias de la crisis que vive el PSOE llegaron desde Barcelona, ya que Pere Navarro se resistía a que el PSC no estuviera representado ya en el máximo órgano ejecutivo del grupo en el Congreso.

A partir de ahora se abre en todo caso un periodo de alegaciones por si los sancionados quieren recurrir y presentar sus argumentos de defensa, aunque no parecen que los diputados del PSC vayan a ejercer ese derecho.

El siguiente paso que dará el número uno del PSOE será convocar en Madrid la próxima semana a la dirección del PSC para revisar, como ya adelantó ayer, el protocolo de relaciones entre sendos partidos. La intención de Rubalcaba es poner negro sobre blanco los derechos y las obligaciones de cada formación y en este escenario no se descarta que el PSC pueda salir también de la Ejecutiva Federal. Y es que la presión de los barones para que Rubalcaba dé una respuesta firme a la indisciplina de los catalanes va en aumento. El hartazgo es notable en los territorios, donde la preocupación por la deriva soberanista de los de Pere Navarro ya no se oculta. Unos piden mantener los puentes de diálogo; otros, no poner más dramatismo a la crisis y algunos, romper con el PSC y recuperar la marca PSOE en Cataluña.

Acabe como acabe el asunto, lo cierto es que la impresión general es que la indisciplina del PSC no ha hecho más que añadir inestabilidad al delicado liderazgo de Rubalcaba. «El voto a favor del derecho a decidir no computa en contra del socialismo catalán, sino en contra de un secretario general que no aborda los problemas de frente», aseguraba ayer un destacado barón del socialismo. El mismo interlocutor comparte con otros también consultados que la enésima crisis podría dar al traste con el calendario orgánico y los planes de Alfredo Pérez Rubalcaba y convertir la llamada Conferencia Política del próximo otoño en un plebiscito congresual.

Otras fuentes sostienen, sin ambages, que la falta de una respuesta contundente al desafío del PSC precipitará el escenario interno que la dirección federal pretendía evitar a toda costa; esto es, unas primarias antes de las elecciones europeas de 2014.

Con un liderazgo cuestionado tanto dentro como fuera; unas encuestas cada vez más adversas; una dirección donde empieza a haber diferencias y una militancia deprimida pero muy preocupada, el que no quiera escuchar el sonido de los tambores de «guerra» es que está sordo o se lo hace.