Toledo

Rubalcaba aconseja a los secretarios provinciales no complicar su calendario

El líder del PSOE critica, en alusión a Tomás Gómez, «el afán de protagonismo de algunos a mi costa»

Rubalcaba, ayer, en la reunión en Ferraz
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Reunión del poder orgánico provincial en Ferraz con el secretario general del PSOE. Alfredo Pérez Rubalcaba quería ayer tomar la temperatura entre los secretarios provinciales ante la cercanía de la Conferencia Política, y de paso instruirles sobre la conveniencia de no alterar el calendario de la dirección federal. Dos conclusiones sacaron los asistentes de la cita. La primera, que Rubalcaba se mantiene firme en cuanto a que la fecha de las primarias debe ser después de las elecciones europeas, más bien en otoño de 2014, y no antes como han apuntado, entre otros, el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page y el secretario general del PSM, Tomás Gómez.

La segunda, que el secretario general está «bajo de tono», según palabras de algunos de los asistentes. ¿Dispuesto a tirar la toalla? Ante esta pregunta, las opiniones se dividen entre quienes creen que el incombustible secretario general podría dar la estampida en cualquier momento, harto del permanente debate interno sobre el liderazgo, y los que defienden que aguantará hasta el final «pase lo que pase y pese a quien pese». Lo que dejó claro Rubalcaba ante los presentes es que no tolera –en clara alusión a la irrupción de Tomás Gómez del pasado viernes cuando pidió primarias en febrero– «el afán de protagonismo de algunos a mi costa». Por lo demás, la cita contó con varias intervenciones de algunos «secretarios provinciales» afines a la dirección, que defendieron el calendario orgánico de la Ejecutiva y cuestionaron el papel de quienes buscan «dinamitar» la Conferencia Política con la que el PSOE quiere renovar su proyecto político para los próximos diez años. El acuerdo deseado sobre la fecha de las polémicas primarias se complica y entre los barones admiten que prácticamente será imposible llevar una propuesta consensuada al Comité Federal de enero, que es el órgano que debe aprobar los plazos. Antes de esto, la dirección trata de evitar que la convención de los próximos 8, 9 y 10 de noviembre acabe en un debate sobre la elección del candidato y no sobre el proyecto político, que es para lo que se ha trabajado en el último año y medio. El diseño y los participantes de la Conferencia no ayudan al propósito de Rubalcaba. Es más, hay quien cree que puede convertirse en una bomba de relojería en tanto en cuanto nadie podrá evitar que cualquiera de los participantes alce a voz en favor de la salida de la actual dirección y haya una parte del plenario que secunde la propuesta. Todo son cábalas, pero lo que está claro es que ya todos los barones se preparan para cuando suene el pistoletazo de salida. El que más y el que menos tiene ya su favorito en este baile de aspirantes cuyo calentamiento puede dejar a más de uno en el banquillo.