Política
Sánchez, con «la agenda muy libre»
Después del plantón de la izquierda, el PSOE paraliza las negociaciones y se dedica a «trabajo interno».
Después del plantón de la izquierda, el PSOE paraliza las negociaciones y se dedica a «trabajo interno».
Cuando Pedro Sánchez recibió el encargo del Rey para formar gobierno compareció ante los medios y se comprometió a que su «agenda no estaría vacía, sino llena de reuniones con el deseo de alumbrar lo que están esperando los españoles». La promesa no era casual, sino una crítica mordaz a las declaraciones de Mariano Rajoy en las que, durante una broma telefónica perpetrada por un doble de Carles Puigdemont, reconocía tener la «agenda muy libre» para reunirse con el recién investido presidente de la Generalitat. Ahora, sus palabras golpean a Sánchez en forma de «boomerang», pues es el PSOE el que –a sólo cuatro días de la investidura– no tiene con quién sentarse a negociar. La ruptura unilateral de las conversaciones por parte de Podemos ha venido acompañada también por el plantón de IU-Unidad Popular y Compromís, dos formaciones que hasta el momento habían escenificado su independencia de Iglesias en las conversaciones y con las que los socialistas habían realizado «importantes avances» de cara a un pacto. Con IU incluso se había alcanzado un principio de acuerdo en materia de emergencia social, mercado laboral, recuperación de derechos y libertades y regeneración democrática.
Según fuentes cercanas al equipo negociador del PSOE, el partido está «tomándose un respiro y realizando trabajo interno», por lo que «no hay ninguna convocatoria pública prevista» en agenda. El acuerdo con Cuidadanos ha dado al traste con las conversaciones que mantenían a cuatro con los partidos de izquierda e incluso podría viciar los contactos con los nacionalistas del PNV, que tampoco ven con buenos ojos a la formación de Albert Rivera, contraria al autogobierno vasco. En el caso de Alberto Garzón, su partido manifestó a los socialistas su deseo de abandonar las conversaciones «sine die», mientras que la formación de Joan Baldoví ha pedido «un paréntesis» para estudiar el acuerdo. En el PSOE reconocen que ninguno de los avances que se habían alcanzado con ambas formaciones son excluyentes ni incompatibles con el acuerdo con Ciudadanos y «lamentan profundamente su decisión». «Respetamos que no quieran despegarse de Podemos», señalan.
A pesar de no compartir estos movimientos, los socialistas entienden que se basan en una «decisión política» y están decididos a esperar a que entren en razón. La estrategia es promover la ampliación del pacto con Ciudadanos para hacerlo extensivo a otras formaciones, de forma que puedan incluir sus demandas. «Para eso se tienen que volver a sentar y ahora no quieren», lamentan fuentes cercanas al equipo negociador. Si el PSOE logra que Compromís e IU-Unidad Popular vuelvan al redil negociador tendrían un importante avance de cara a la investidura. Un avance que no se circunscribe meramente al ámbito aritmético, ya que con 6 diputados más no se garantiza la investidura, pero que atiende a la imperante necesidad de reconciliarse con el ala de la izquierda. Así, no alimentarían las voces que apuntan a cesiones por rubricar un pacto de centro derecha –de cara a los militantes que tendrán que avalar entre hoy y mañana la consulta sobre las alianzas– y volverían a ejercer presión sobre Podemos, si en el acuerdo de investidura trasciende un espíritu de transversalidad que les permita sentirse cómodos.
A cuatro días de pronunciar su discurso de investidura, el candidato socialista está noquedado por el bloqueo de sus compañeros de la izquierda, que no están dispuestos a facilitar su llegada a La Moncloa si renuncia a banderas imprescindibles para ellos en materia laboral y de derechos. En medio de esta complicada situación para el PSOE, Rivera quiere interceder ante el PP para que Mariano Rajoy contemple la abstención como una posibilidad si se garantizan sus reformas y la estabilidad de un gobierno en el que no se dé cabida a Podemos. Una hipótesis que parece tan lejana como que Iglesias pase por el aro de las negociaciones. Hoy no se ha experimentado ningún avance respecto a ayer y el acuerdo con Ciudadanos lejos de acercar a Sánchez a La Moncloa parece alejarle. Todos piensan ya en el 6 de marzo.
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