Silencio sobre las empresas del «tesorero» y dimisiones... en enero

Un día más UGT-Andalucía ha guardado silencio sobre el supuesto desvío de fondos de formación a otros fines –ayer aplazó las explicaciones a enero– mientras que el secretario general de este sindicato, Cándido Méndez, sigue mostrando su tibieza ante el mayor caso de corrupción de la historia –ayer hizo caso omiso a la información publicada por LA RAZÓN que explica que el encargado de finanzas de este sindicato es administrador único de varias entidades que facturan 10,44 millones de euros–. Ayer hubo comité confederal ordinario de este sindicato, presidido por Méndez –al que asistieron sus 150 miembros, entre ellos el secretario general de UGT-A, Francisco Fernández Sevilla–, a quien, según fuentes de UGT, Cándido Méndez pidió en privado su dimisión junto a la de algunos miembros de la ejecutiva andaluza. Hasta ahora, el secretario general de UGT-A, que sustituyó el pasado abril a Manuel Pastrana al frente del sindicato, había dicho que no pensaba dimitir. De hecho, su secretario de organización, Manuel Ferrer, afirmó que esa federación no se siente «presionada» por la dirección confederal del sindicato ni por su secretario general para asumir responsabilidades por los supuestos casos de corrupción y entiende que debe ser el Comité Ejecutivo el que se pronuncie sobre posibles dimisiones, informa Efe. Algo que no sucederá antes del 9 de enero fecha, a la que UGT-Andalucía, ha decidido aplazar la reunión extraordinaria de este comité. Pese a que el próximo 9 de enero el secretario general de UGT-A podría presentar su dimisión, el PP denunció ayer «connivencia» de la Junta con UGT-A y una «falta de control reiterada» de los fondos públicos que se daban en subvenciones excepcionales al sindicato, después de analizar en la Consejería de Empleo diversos expedientes de otorgamiento de estas ayudas.

El portavoz parlamentario del PP, Carlos Rojas, reclamó a la presidenta andaluza, Susana Díaz, que «pase a la acción de una vez».