Cataluña
Torra: Un radical cuyo único mérito es la lealtad
Fiel a su estilo imprevisible, Carles Puigdemont ha vuelto a sorprender y ha escogido a un hombre de la cultura antes que político y, desde luego, muy cercano. Joaquim Torra Pla es, por encima de todo, un paisano y gran amigo del prófugo de la justicia, a quien conoce desde sus años jóvenes en Gerona.
Cuando «El Puchi» ejercía de periodista, Quim Torra era ya un abogado y escritor que regentaba la editorial A Contra Vent, desde donde desarrolló una intensa labor en defensa de las letras catalanas con una clara ideología soberanista.
Ganador de algunos premios literarios en el marco intelectural de Gerona, siempre estuvo vinculado a Òmnium Cultural, de cuya fallecida presidenta, Muriel Casals, era también estrecho colaborador y a quien sucedió en el cargo en 2015 cuando ella entró en el Parlament como diputada por Junts pel Sí.
Nacido en Blanes, de familia republicana y soberanista, Quim Torra ejerció como director de varios centros literarios, publicó numerosos ensayos sobre «La Cataluña imposible frente al racismo español», colaboró en revistas en lengua catalana y hasta se enfrascó en proyectos artísticos de restauración de las ruinas de Ampuria Brava y el antiguo mercado de la Barcelona de 1714. «Un intelectual radical, simpático y conversador», según apuntan quienes bien le conocen.
En 2011 presentó junto al abogado Jordi Cortada una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) contra la sentencia del Tribunal Constitucional que recortaba el Estatuto catalán, pero fue rechazada al año siguiente.
Estudioso de las letras catalanas, la Segunda República y los escritores en el exilio, su amistad con Puigdemont le llevó a ser diputado en el Parlament bajo las siglas de Junts x Cataluña.
No es un político al uso, ni mucho menos, sino un literato y escultor, práctica que le apasiona, que trabajó durante muchos años en una empresa privada de seguros en Suiza. Creador del Premio Prudenci Bertrana de novela, es muy conocido en los ambientes intelectuales del Ampurdán y mantiene desde hace años una estrecha amistad con Puigdemont, de quien es uno de sus próximos.
Quienes bien le conocen destacan su talante dialogante, pero no ocultan su profunda ideología soberanista, que emerge ahora como un enigma en este tiempo como nuevo president de la Generalitat.
Como periodista son conocidas sus colaboraciones a favor de la lengua catalana, y ha compartido muchas horas de lecturas, mar y montaña con Carles Puigdemont por los parajes gerundenses. En verano era bastante habitual verles con sus respectivas familias en Cadaqués, a veces en casa de la conocida activista periodista Pilar Rahola.
Su nuevo papel institucional aún está por escribir, aunque muchos piensan que al no pertenecer al PDeCAT será un hombre que responda directamente ante Puigdemont y solo ante él ya que ha sido quien le ha señalado como president. De todos modos, la historia está llena de sucesores que apuñalan después de su nombramiento a sus mentores, como bien revela el propio caso de Artur Mas y su heredero. El tiempo lo dirá.
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