Elecciones generales
Una campaña «ya hecha» y que es difícil que altere la movilización
Los partidos miran hacia una nueva campaña electoral también con cierta pereza compartida con la ciudadanía. De nuevo los mismos mensajes, los mismos candidatos y una nueva vuelta de tuerca a la confrontación dialéctica elevada a sus máximos niveles y que no han abandonado, en todo caso, desde los comicios de diciembre porque no han dejado de trabajar en el escenario de que aquellos resultados llevaban a unos nuevos comicios. También coinciden en asumir que la campaña está «ya hecha», porque los ciudadanos han tomado nota de lo que ha ocurrido en estos cuatro meses. Y eso implica que desconfían de que sirva para alterar sustancialmente la movilización del electorado. El PP colocará en su eje central la demanda de una mayoría que rompa el bloqueo político, apuntando contra Albert Rivera por haberse entregado al PSOE, y contra Pedro Sánchez por haber vetado un Gobierno de gran coalición. «O el PP o esta segunda vuelta llevará al caos de un Gobierno radical de izquierdas». El PP peleará por el voto útil en el centro-derecha; y también lo intentará hacer el PSOE en el de izquierdas. Aunque la presión de Podemos dificulta que esa estrategia pueda prosperar. El PSOE tiene el reto de convencer a su electorado más de izquierdas de que no les ha traicionado por pactar con Rivera. Y Rivera, a su vez, de que no lo hizo por desdecirse de su compromiso de respetar a la lista más votada para «prometerse» con el líder socialista. Salvo sorpresa, el argumentario de todos está ya escrito.
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