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Consejos para evitar ahogamientos en las piscinas

La medida más eficaz es que los niños estén siempre siendo vigilados por un adulto

Consejos para evitar ahogamientos en las piscinas
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Los ahogamientos constituyen la segunda causa de todas las muertes por accidente en niños menores de 14 años, sólo por detrás de los accidentes de tráfico. En España el perfil es el de un niño de 6 años de media que se estaba bañando en una piscina privada y que no sabía nadar ni llevaba flotador en el momento del accidente.

Estamos ya en plena época de piscinas, uno de los lugares favoritos para los niños. Sin embargo y a pesar de que sepan nadar hay que estar siempre muy alerta con ellos puesto que, por desgracia, cada verano mueren menores por ahogamiento. ElDr. Carles Luaces, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Sant Joan de Déu, centro miembro de Top Doctors nos recuerda lo siguiente.

Los ahogamientos constituyen la segunda causa de todas las muertes por accidente en niños menores de 14 años, sólo por detrás de los accidentes de tráfico. En España el perfil es el de un niño de 6 años de media que se estaba bañando en una piscina privada y que no sabía nadar ni llevaba flotador en el momento del accidente. Con unas medidas muy sencillas muchos de estos ahogamientos se podrían evitar:

Una de las medidas de prevención que se debe tomar es dificultar el acceso libre de los niños a las piscinas, cercándolas con vallas suficientemente altas (de al menos 120 centímetros) para que los pequeños no puedan treparlas o bien cubriendo la superficie de la piscina con lona o estructura rígida con un buen sistema de fijación que impida que los niños puedan colarse dentro.

Es fundamental, además, que un adulto vigile en todo momento al menor mientras se baña, aunque éste sepa nadar. El menor puede sufrir algún percance durante el baño (por ejemplo, resbalar en un escalón, golpearse al lanzarse al agua o sentirse indispuesto), perder la conciencia y ahogarse.

Además, los niños que no saben nadar deben llevar puesto siempre un chaleco salvavidas, cuando se bañan. Es el único dispositivo que se ha demostrado eficaz. Los flotadores y manguitos no son recomendables. También se recomienda el uso del chaleco a los niños que naveguen en una embarcación de recreo, aunque sepan nadar.

Educar a los niños y enseñarles todas estas pautas resulta fundamental. Se les tiene que enseñar que no deben bañarse nunca solos, que deben ponerse el chaleco si no saben nadar, que no se tienen que tirar de cabeza al agua si no saben la profundidad... De esta manera, en un caso de despiste del adulto, el riesgo de ahogamiento se minimiza. Por último, instar a los niños a que aprendan a nadar lo antes posible. A partir de los 4 años se les puede instruir para adquirir esta habilidad.

Qué hacer en caso de que se caiga el niño a la piscina

Hay que proteger, alertar y socorrer. Cuando hablamos de proteger, hablamos de sacar al niño del agua y llevarlo a un lugar seguro. Después, debemos alertar enseguida a los equipos de emergencia. Y mientras llegan, debemos socorrer al niño. Si presenta una parada cardiorrespiratoria, le debemos practicar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). En un ahogamiento el tiempo es vital y cada segundo que pasa cuenta. Por ello es importante que la población sepa realizar las maniobras de RCP básicas.

Qué es el ahogamiento secundario

En la actualidad este es un concepto controvertido en cuanto a si realmente existe. Se denomina así a una complicación tardía que presentan algunos niños que han estado a punto de ahogarse pero que al ser rescatados, aunque hayan perdido la conciencia momentáneamente, se recuperan rápidamente. En estos casos es importante que se lleve el niño al médico para que este realice un seguimiento ya que el antecedente del posible contacto del agua con los pulmones puede producir, como se ha dicho, complicaciones tardías.