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Estafa

De dentista a timador: tres años de cárcel por estafar más de 42.000 euros en Ourense

El condenado, reincidente, engañó a un matrimonio con falsas promesas de empleo, inversiones y subvenciones odontológicas

Audiencia Provincial de Ourense. Wikipedia

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Ourense ha condenado a tres años de prisión a un hombre que, haciéndose pasar por protésico dental y empresario del sector odontológico, estafó 42.310 euros a un matrimonio ourensano entre finales de 2020 y 2021.

La sentencia, hecha pública hoy por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, considera probado que el acusado, que ya había sido condenado con anterioridad por delitos similares, ideó un complejo entramado de engaños para ganarse la confianza de sus víctimas y obtener importantes sumas de dinero bajo falsas promesas de beneficios económicos y laborales.

En este sentido, y según consta en los hechos probados, el condenado conoció a sus víctimas en una cafetería de Ourense en 2020. Tras entablar amistad con el matrimonio, comenzó a presentarse como protésico dental y socio de varias clínicas odontológicas, asegurando que podía ayudarles a acceder a subvenciones públicas para tratamientos dentales.

Una vez convencidos, la pareja, en noviembre de 2020, accedió a realizar un primer pago de 640 euros con la esperanza de que el hombre pudiese beneficiarse de una ayuda para mejorar su dentadura.

Poco después, el acusado amplió su engaño, afirmando que la mujer podría empezar a trabajar para él en una de sus clínicas, pero que, debido a sus problemas auditivos, debía adquirir un microchip especial para desempeñar sus funciones. La pareja entregó 1.000 euros para la supuesta compra del dispositivo en diciembre de ese mismo año, y días después, otros 640 euros con el mismo fin.

El fraude aumentó en julio de 2021. Entonces el ahora condenado convenció al hombre para que formase parte de una supuesta sociedad odontológica. Con este pretexto, redactó un acuerdo de sociedad donde se estipulaba que su víctima adquiriría el 20% de las participaciones del acusado, con la promesa de recibir importantes dividendos.

Para participar en el negocio, el matrimonio tuvo que solicitar un préstamo de 15.000 euros, entregando el dinero en varias tandas al acusado: 4.500 euros el 8 de julio de 2021, 3.500 euros el 13 de julio, 2.400 euros el 19 de julio, 1.730 euros el 22 de julio y 2.120 euros el 29 de julio. Además, en agosto, les hizo firmar un reconocimiento de deuda en el que se comprometía a devolver el préstamo y a asumir las cuotas de otro crédito de 12.000 euros que el matrimonio había solicitado.

Una falsa inversión inmobiliaria

Para mantener la confianza de sus víctimas, el acusado continuó inventando oportunidades de negocio. En agosto de 2021, les presentó un supuesto informe que valoraba la empresa en 1.850.750 euros y detallaba que los socios recibirían dividendos trimestrales de 98.200 euros y un sueldo mensual de 8.347 euros, con exención fiscal hasta 2023.

Siguiendo estas falsas expectativas, el matrimonio continúo entregándole dinero en efectivo. El 27 de agosto de 2021 le dieron 4.385 euros, el 2 de septiembre otros 2.246 euros para la compra de un coche, el 15 de septiembre 1.100 euros y el 20 de septiembre 1.127 euros para pagar supuestas deudas con Hacienda. El 24 de septiembre le hicieron un nuevo pago de 2.002 euros.

El engaño alcanzó su punto culminante entre septiembre y noviembre de 2021, cuando el acusado les convenció para invertir en la compra de un terreno con vivienda. Según su versión, la operación era una gran oportunidad para colocar las ganancias futuras de la sociedad. El matrimonio entregó hasta 10.000 euros para esta falsa inversión, que nunca llegó a concretarse.

Estafa continuada y falsedad documental

El tribunal ha considerado probado que el acusado actuó con un claro ánimo de lucro y utilizó la confianza de sus víctimas para obtener dinero de forma fraudulenta. La sentencia destaca que la estafa fue sostenida en el tiempo y reforzada mediante la falsificación de documentos y mensajes de WhatsApp, que simulaban la intervención de una supuesta clínica, confirmando la concesión de subvenciones y la firma del contrato de trabajo de ella.

La defensa del acusado alegó que no existió engaño suficiente y que las víctimas deberían haber actuado con mayor cautela, pero la Audiencia Provincial desestimó este argumento, señalando que las falsificaciones y la compleja trama de engaños generaban una apariencia de veracidad suficiente para inducir a error al matrimonio.

El tribunal ha condenado al hombre a tres años de prisión como autor de un delito continuado de estafa, con la agravante de reincidencia, y al pago de una indemnización de 42.310 euros a las víctimas. Además, deberá asumir las costas procesales, incluidas las de la acusación particular. La sentencia no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).