Ourense

El surrealista enfrentamiento a gritos entre el alcalde de Ourense y un vecino: "Si quieres miento"

Gonzalo Pérez Jácome subió a su TikTok oficial un vídeo en el que discute con un vecino sobre la titularidad de la avenida de Zamora mientras defiende sus nuevas líneas de autobuses municipales

El surrealista enfrentamiento a gritos entre el alcalde de Ourense y un vecino: "Si quieres miento"
La escena no hubiera sido tan comentada sin la retahíla de eslóganes que el alcalde repitió a cámaraLa Razón

Lo que empezó como una explicación técnica sobre el trazado de una línea de autobús terminó en un episodio de teatro callejero. Jácome, acompañado de su cámara, grabó en plena avenida de Zamora una réplica a las críticas por la falta de señalización vial. La grabación, publicada en su cuenta oficial, muestra al alcalde contando hacia atrás para iniciar la toma y lanzando un “cinco, cuatro, tres…” que anticipa el espectáculo.

El regidor quiso dejar claro que la vía pertenece exclusivamente a la Xunta de Galicia y que, por tanto, no es competencia del ayuntamiento pintar líneas ni reasfaltar. Sin embargo, la defensa oficial chocó con la protesta de un vecino que reclamaba soluciones inmediatas. Entre pasos de autobús que pasarán “cada quince minutos”, Jácome se detuvo, se acercó al hombre y le espetó: “Dime, ¿qué querías?”, desatando un forcejeo verbal que terminó con el ya célebre “si quieres miento”.

La escena no hubiera sido tan comentada sin la retahíla de eslóganes que el alcalde repitió a cámara; desde “Lo que es medible no es opinable” a “si quieres digo que es nuestra” En los comentarios del propio vídeo, algunos ourensanos recuerdan que el ayuntamiento sí invirtió en luces y obras en una rotonda de esa misma avenida, lo que genera la pregunta: “¿Es de la Xunta o del concello?”.

“Lo medible no es opinable”

No es la primera vez que Jácome convierte un acto oficial en un espectáculo. El alcalde sube cada rifirrafe a sus propios canales, sabiendo que la polémica actúa como combustible de visibilidad; la escena no es un accidente, sino el último capítulo de una estrategia donde el escándalo funciona como plataforma de campaña permanente.