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Beatriz Tajuelo, ex de Albert Rivera: "Ha sido muy duro"
Ocho meses después de romper con Albert Rivera (39), la ex azafata (40) se ha reinventado en «influencer» y será una de las estrellas de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid:. «Mi familia y yo hemos sufrido acoso diario. Llegaba al trabajo temblando», confiesa a LA RAZÓN.
Ocho meses después de romper con Albert Rivera (39), la ex azafata (40) se ha reinventado en «influencer» y será una de las estrellas de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid:
«Mi familia y yo hemos sufrido acoso diario. Llegaba al trabajo temblando», confiesa a LA RAZÓN
«Felipe VI se encontró con ella la pasada semana. Quizá parezca exagerado, pero se cruzó todo el salón y fue a saludarla muy cariñoso. Vamos, que le preguntó “cómo estaba”, “qué tal todo” y estuvo súper atento. Fueron unos diez minutos de conversación con una gran complicidad». La anécdota que nos relatan pertenece al pasado 22 de junio en el Círculo Bellas Artes de Madrid. La última vez que Beatriz Tajuelo (Barcelona, 1979) había compartido ubicación con el Rey, sus falanges iban entrelazadas con las de Albert Rivera (39), líder de Ciudadanos y su pareja desde hace casi cinco años. Ese día, el 19 de octubre de 2018, un medio les definía como «el espectáculo del amor en los Premios Princesa de Asturias». ¿Por qué rompieron un mes después? ¿Cuándo se enteró ella de su romance con Malú? ¿Tiene relación con Rivera?
Con Albert Rivera en Portugal
Éstas son algunas de las preguntas que cualquier periodista en sus cabales le plantearía a Beatriz ocho meses después de ese adiós, que se hizo carne aquel 14 de febrero cuando les pillaron ejerciendo de «más que amigos». «Solo fue una ruptura más, no pasa nada. He tenido más parejas. La única diferencia es que aquí te llaman los medios y se entera todo el mundo», normaliza nuestra protagonista. Tajuelo quiere que su presente como «influencer» se imponga a su colección de ex: ex de Rivera, ex azafata, ex asesora de Miguel Poveda y ex alérgica a las entrevistas. En su lustro junto al político naranja, jamás se cuadró ante la prensa «porque yo solo era la acompañante». Hasta hoy, que contesta a LA RAZÓN «agradecida por el cariño y por darme la oportunidad de explicarme». Dentro de unos días ocupará el «front row», la codiciada primera fila, de la pasarela Mercedes-Benz Fashion Week Madrid en varios desfiles, como el de Roberto Verino, María Lafuente o su amigo Ulises Mérida. Y por ahí empezamos. ¿Se esperaba tener estatus de estrella a los cuatro meses de postularse en Instagram? «Para nada, lo hice en un momento en el que me apetecía hacer cosas pendientes que todos tenemos en nuestras vidas –confiesa–. Siempre quise tener un blog y por mi vida personal lo dejé a un lado. Así que pensé que era un buen momento y me ayudaría también a distraerme. No me planteé tener éxito mediático, pero empecé a recibir mensajes que me animaban a seguir compartiendo. Ahora la gente me escribe para que les anime en momentos difíciles». Frente al oscurantismo de Rivera, bunkerizado en La Finca junto a la cantante de «Aprendiz», la aspirante a «it girl» apuesta por dirigir los focos a su persona en lo que ella denomina «mi segunda etapa». Si uno entra en @beatriz_tajuelo, tan pronto la descubrimos aliñando una ensalada como recomendando unas gafas de sol: «Creo en la naturalidad y contar las cosas tal como soy yo, como las vivo, sin imposiciones, sin obligaciones. Hablar desde mi experiencia y mi humilde opinión». Cuando en 2015, el líder naranja fue elegido candidato a la presidencia del Gobierno, Beatriz aparcó su trabajo de auxiliar de vuelo para ejercer de primera dama en Madrid. Con él descubrió los entresijos de la política en multitud de actos sociales. A cambio ella destapó para él el de la farándula. Quién le iba a decir entonces que su trabajo junto a Miguel Poveda, amigo de la sobrina de Paco de Lucía, le iba a traer ese inesperado finiquito. Tras la ruptura, regresó a Hospitalet, donde ahora come del sueldo de una productora audiovisual. «Tampoco tiene tanto mérito haberme tenido que reinventar de nuevo porque nunca he querido un trabajo para toda la vida, ni una estabilidad». Discreta, sencilla, honesta, trabajadora y asertiva.
Junto al diseñador Ulises Mérida
A Tajuelo se le nota encantada en este mundo de «millennials» pese a haber cumplido ya cuatro décadas, enmascaradas tras una voz suave y dulce que le resta por lo menos 10: «Me encanta la frase ‘los 40 son los nuevos 30’ porque así lo siento. Tienes unas experiencias acumuladas que te permiten ver la vida con otra madurez, con calma y cierta perspectiva. Pero a su vez me sigo sintiendo joven y con energía». Amante de la artesanía porque «cada trabajo que se hace a mano adquiere un pedacito de la persona que lo realiza», si le pregunto por otras extraescolares me confiesa que «también hago punto, ganchillo y diseño, aunque no sé coser y me planto en la modista con mis telas e ideas. Y también me gusta la fotografía, viajar y descubrir lugares, marcas, productos...» Aunque Rivera la fotografiaba en Portugal hace un año, reconoce que «Menorca es mi paraíso. Mi isla soñada, por la preciosidad de cada uno de sus rincones, y por mi familia que vive allí. Este verano estoy deseando disfrutar de mis sobrinos». Cuando me adelanta que además «voy a descubrir otra isla: Cerdeña. Cinco días en un velero con amigos», le recuerdo que ya es objetivo de los «paparazzi». Entonces, rebobina unos meses: «Fue lo peor de aquel momento. A lo que conlleva una ruptura ‘normal’ añádale la parte mediática y súmale el acoso diario que sufrimos tanto mi familia como yo. Gente preguntando a mis vecinos y yo teniendo que ir por la calle mientras me hacían preguntas muy desagradables. Llegaba a mi trabajo temblando. Incluso me han tenido que sacar por la puerta del aparcamiento. Ha sido duro. Un cóctel difícil de digerir, pero he tenido el apoyo constante de mi familia y de gente que jamás hubiera imaginado. Cada mensaje me devolvía la sonrisa, hasta que un día ya no volvió a desaparecer». Si ahondo en los agradecimientos, destaca «a mi hermana sin dudarlo. Ella es mi energía cuando la mía se termina, mi confidente, la que sabe escucharme y hacerme reír. Pero también a mis padres, que siempre están ahí. Y mis sobrinos. Y muchos amigos (de toda la vida, recientes, de Barcelona, Madrid, Asturias, Canarias...) que no puedo nombrar porque me sabría mal dejarme a alguien». Estamos a punto de despedirnos. No le ha nombrado ni una vez. Su discurso sigue enmarcado en la resiliencia: «Intento ser positiva y ver el lado bueno a las cosas. Una vez acudí al Hospital del Niño Jesús acompañando a mis amigas de la Fundación Juegaterapia, que hacen una gran labor con los niños que tienen cáncer. Eso sí que fue duro, ver las habitaciones de aislamiento cuando los pequeños están en alguna de las fases del tratamiento. Muchos días sin poder tener contacto con ningún familiar y cómo esos padres se acercan a la única ventana por la que ver a su hijo con el tacto frío de un cristal. Es fácil pensar que tu problema es el mayor cuando solo tienes que levantar la vista y darte cuenta de que el mundo es mucho más complejo».
El 21 de agosto del año pasado, Albert Rivera colgaba en sus redes sociales una imagen junto a su novia, Beatriz Tajuelo. Ambos aparecían tumbados sobre una toalla en una playa de Comporta (Portugal) y su bronceado solo competía con su aparente felicidad. La última fotografía en la que la ex azafata ejerció de «primera dama» fue en los Premios Príncesa de Asturias. Luego, discreción y silencio. Hasta el pasado 10 de febrero, que la guapa catalana descorchaba su propio Instagram desde un desfile de moda y con declaración de intenciones: «Hoy inicio una nueva aventura con toda mi ilusión». Casi cinco meses y 87 publicaciones después, donde comparte desde un viaje a Estambul a una mañana en moto, Tajuelo es una «influencer» en alza y será uno de los rostros más perseguidos y entrevistados en la próxima pasalera Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Hace solo unas semanas, en Menorca, ya fue elegida «la más elegante» en el evento «Hats&Horsers», enfundada en un modelo de Carla Ruiz. «Para la próxima edición, ya me han propuesto como jurado en la elección del mejor look, así que allí estaremos de nuevo con toda la ilusión». Ocho meses después, Beatriz sigue siendo una dama de primera.
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