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Enrique Iglesias y Anna Kournikova comparten la primera imagen de sus hijos

La pareja ha dado la bienvenida a su cuarto hijo

Enrique Iglesias y Anna Kournikova acaban de ser padres de su tercer hijo
Enrique Iglesias y Anna Kournikova larazon

Enrique Iglesias y Anna Kournikova han vuelto a hacerlo a su manera: sin ruido, sin anuncios grandilocuentes y con una imagen cargada de ternura. Este 23 de diciembre, a las puertas de la Navidad, el cantante y la extenista compartían en Instagram la llegada de su cuarto hijo, nacido el pasado 17 de diciembre. Un gesto sencillo, casi íntimo, que confirma una vez más que, para ellos, la verdadera felicidad no necesita titulares estridentes.

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La fotografía publicada por ambos muestra al recién nacido envuelto en una manta hospitalaria blanca con delicadas rayas rosas y negras, a juego con la sábana de la pequeña cuna en la que descansa. Un gorrito rosa con finas líneas azules cubre su cabeza, mientras un pequeño peluche con forma de perezoso descansa a su lado. No hay más información: ni nombre, ni sexo, ni detalles adicionales. Solo lo esencial. Y, en ese silencio cuidadosamente elegido, reside toda la emoción.

Pareja discreta

Enrique Iglesias, de 50 años, hijo del icónico Julio Iglesias, y Anna Kournikova, de 44, anunciaron el pasado mes de agosto que estaban esperando un nuevo bebé. Desde entonces, fieles a su estilo, han vivido el embarazo lejos del foco mediático, priorizando la calma y la vida familiar que han construido durante más de dos décadas juntos. Una relación sólida, ajena a modas y exposiciones innecesarias, que sigue creciendo paso a paso.

La pareja ya es madre y padre de los mellizos Nicholas y Lucy, de siete años, y de Mary, de cinco. Ahora, con la llegada del cuarto hijo, la familia al completo se convierte en protagonista de una estampa inédita: la primera fotografía de los cuatro hermanos juntos. Una imagen que no necesita filtros ni escenarios espectaculares para transmitir lo que importa.

“My Sunshines (Mis rayitos de sol)”, escriben Enrique y Anna junto a cuatro corazones, uno por cada hijo. Una frase breve, cargada de simbolismo, que resume a la perfección la filosofía vital de la pareja: la luz está en casa, en lo cotidiano, en lo que se protege y se cuida lejos del ruido exterior.

En un mundo acostumbrado a compartirlo todo, Iglesias y Kournikova siguen apostando por una exposición mínima y controlada. Sus apariciones públicas son escasas, sus declaraciones contadas y su vida privada, blindada. Sin embargo, cuando deciden abrir una pequeña ventana, lo hacen con honestidad y calidez, recordándonos que la felicidad también puede celebrarse en voz baja.

La llegada de este nuevo bebé cierra el año para la pareja con un mensaje claro: el mayor éxito no siempre se mide en discos vendidos ni en trofeos levantados, sino en la familia que se construye día a día. Cuatro rayitos de sol que iluminan, desde la intimidad, una historia de amor sólida, madura y profundamente elegida.