Nueva York

Diego Osorio, un «it boy» de cine

Un imán para las marcas y las chicas. La Fashion Week Madrid acogerá su estreno como actor en un corto para Daniel Rabaneda

Diego Osorio, en una imágen de su cuenta en Instagram
Diego Osorio, en una imágen de su cuenta en Instagramlarazon

Ellas le desean. Y ellos... Ellos vigilan sus pasos, sus imágenes en «Instagram» para copiar sus «looks» y sus gestos en los locales de moda de Madrid para conocer cómo actúa y cómo conquista el «it boy» de la alta sociedad. Siempre ha buscado un segundo plano en sus relaciones. Y eso que ser «cazado» en un yate junto a la «top» Eugenia Silva o verle paseando con Ana Boyer Preysler hace que el anonimato se borre de tu vida de un plumazo. Ahora, aparentemente soltero –ni confirman ni desmienten su relación con la actriz María León– son las firmas quienes ponen sus ojos en él, como un valor seguro que representa lo que una marca busca: juventud, estilo, frescura y atractivo.

¿La prueba? El próximo domingo, en el marco de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, se convertirá en protagonista de su primer cortometraje, el que ilustrará el desfile de Daniel Rabaneda luciendo complementos de Tous. Y es que Rabaneda uno de los jóvenes diseñadores de nuestro país que está dando la talla en lo que a moda masculina se refiere. «No ha cobrado nada, lo hace de forma totalmente altruista y voluntaria. Os va a sorprender porque no es un video promocional de Rabaneda, es una cinta con un guión interesante», explican quienes mejor le conocen y, de paso, niegan que esto sea el comienzo de su carrera como actor. Tal es la prudencia con la que está llevando dar el salto al mundo de las «celebrities» que concede entrevistas con cuentagotas, si bien en los encuentros ante el «photocall» con los periodistas derrocha esa simpatía que le ha convertido en uno de los solteros más cotizados de nuestro país.

Sangre azul no le falta. Hijo del Marqués de los Balbases y Conde de la Corzana, y Gloria Nicolás-Correa, su padre falleció cuando Diego tenía tan solo 14 años. Es el menor de cinco hermanos: Marina –la eficaz responsable de comunicación del diseñador Nicolás Vaudelet–, Miguel, Carlota y Ana. Estudió en Eton (Inglaterra) –el lugar donde se forma la elite británica, incluidos los Windsor– y se licenció en Administración de Empresas por la Royal Holloway y en Finanzas Internacionales por la London School of Economics. Socio de un Multi Family Office (MFO&Partners), una empresa de gestión de patrimonios en la que es responsable del sector filantrópico, se ha asociado con Vinnie Potestivo, un productor de TV y director de casting americano, lo que hace que lleve a cabo constantes viajes a Nueva York. Allí, el pasado febrero, saltaron las alarmas. Unas imágenes con Olivia de Borbón hacían pensar que dejaba de estar en el mercado. ¿La realidad? Nada más allá de una amistad cultivada desde hace años.

El poco tiempo libre que le queda lo invierte con su prima Cristina Osorio en la fundación que han creado: «Un Kilómetro, Una sonrisa». «Ayudamos, a través del deporte, a discapacitados a ponerse retos y a superarlos. Ellos sí que tienen problemas reales y no se quejan por tonterías», comenta Diego que relativiza el hecho de haberse convertido en el chico de moda.

«Para mí hay dos estilos: de vida, que sería James Dean y su "sueña como si vivieses para siempre pero vive como si fueses a morir mañana", y de vestir, Tom Ford», explicaba hace unos días Osorio a José Luis Díez, editor de la revista GQ, que le considera uno de los referentes de estilo en este país –sabe ser clásico en la base, arriesgar lo justo y con el toque de tendencia: véase la barba–. No sólo él. Firmas como Ermenegildo Zegna y Polo Ralph Lauren han confiado en él como embajador. De James Dean tiene ese aire algo bohemio sin restarle un ápice de masculinidad. Eso, sin olvidar su pasión por el deporte. De hecho, sus vacaciones las ha pasado en Panamá, enganchado a su tabla de surf. Sin embargo, su verdadera adicción en el último año es el «running». Atrás quedan los torneos de Polo en Sotogrande. También forma parte de su pasado su afición por la caza.

Y es que, hace cinco añossufrió un desafortunado incidente, durante una escapada navideña a una de las fincas de la familia Melgarejo, durante la Navidad. Una bala del rifle de Diego rebotó con una piedra y las esquirlas le dieron de lleno a uno de sus amigos, José Antonio Primo de Rivera. Desafortunadamente una de ellas atravesó la capucha de la prensa de caza, otra le dio en el hombro y dos en la espalda, que le produjo un traumatismo raquimedular. Por aquello, fue condenado por un delito de imprudencia y obligado a pagar una sanción de 150.000 euros.