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El torero, entre lágrimas: «Tenéis que entender mi silencio»
La detención de José Fernando Ortega Cano ha sido un drama para toda su familia, tanto para los Ortega como para los Mohedano, que no entienden la mala vida que lleva el muchacho. De él se dice que ha dilapidado prácticamente el millón de euros que recibió como herencia de su madre adoptiva, la fallecida Rocío Jurado.
El padre del hispano colombiano, José Ortega Cano, se enteró de la detención de su hijo por terceras personas. Está destrozado y apenas es capaz de decir «no puedo hablar, me siento muy mal, tenéis que entender mi silencio. Porque la situación es muy dura y muy difícil para mí». Fuentes cercanas al torero revelan a LA RAZÓN que Ortega Cano no pudo reprimir las lágrimas, embargado por la pena y el disgusto, cuando le llamaron para comunicarle que su primogénito estaba detenido.
El hijo mayor del torero apenas se trata con los suyos, como evidencian las palabras de Paco Ortega, su tío, quien afirma que «mi sobrino no hace caso a los consejos que le damos, y sería una pena que acabara con una condena larga de cárcel. Es imposible hablar con este chico, va con malas compañías que no le hacen ningún bien. Me da mucha pena por mi hermano José, que lo está pasando muy mal en estos días por los problemas de su hijo».
Paco lleva tiempo intentando localizar telefónicamente a José Fernando, con resultados negativos.
El tío materno, Amador Mohedano, se duele de que «este chico está metido en un ambiente que no le beneficia en nada, y su entrada en prisión nos ha dejado a todos muy entristecidos, es un disgusto muy grande para nuestra familia. José Fernando debería encauzar su vida y dejarse de líos».
La actual novia del detenido, Michu, reconoce que «mi novio tiene un carácter un poco complicado, pero ahora, más que nunca, tengo que estar a su lado, porque no me creo que haya sido él quien ha montado la que se ha montado».
Más de uno ya vaticinaba lo que iba a suceder con José Fernando. Es el caso del periodista Tino Torrubiano, buen amigo del veinteañero, quien afirma que «este chico se mueve en ambientes poco recomendables. Mira que le hemos avisado veces de que saliera de ese mundo, pero va a lo suyo y no nos hace caso».
Ángel es cliente asiduo del local donde se desarrolló la pelea entre el hijo de Ortega y sus amigos contra el agredido, y nos dice que «José Fernando no es mal chico, pero se deja influir demasiado por la pandilla que le rodea. Entre esos jóvenes hay gente muy peligrosa, que no le hace ningún bien al hijo del torero. Desgraciadamente, la que le ha caído encima a este chico es muy gorda».
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