Hollande se digna a visitar a la sufriente Trierweiler

Una semana ha tardado François Hollande en acudir al hospital en que la primera dama de Francia fue hospitalizada tras la crisis nerviosa que le provocó la revelación del idilio secreto de su pareja, el presidente de la República, con la actriz Julie Gayet. La visita del infiel gobernante a Valérie Trierweiler se produjo la tarde del jueves según informaron medios galos. La larga ausencia de Hollande parece responder a una recomendación de los médicos más que al desinterés del político socialista, que en todo momento habría estado en contacto con el equipo sanitario y le habría enviado flores y chocolate. Un gesto que pocos en Francia interpretan como un atisbo de reconciliación. Las relaciones entre ambos están muy dañadas y la escarnecida periodista, traicionada y humillada ante el mundo entero, se siente todavía muy abatida según su entorno. La «malquerida del Elíseo», a la que muchos acusaron en su día de haber destruido el matrimonio de Hollande con Ségolène Royal, es ahora la zaherida. Trierweiler llegó al «trono» sin haber cautivado la simpatía de los franceses, que durante meses le negaron el título de primera dama, que en más de una ocasión ella ha sugerido remplazar por arcaico, anacrónico e inadaptado. Sin embargo, cuando empezaba a suavizar su imagen y congeniar con la opinión gracias a sus actividades humanitarias, el «Gayetgate» la ha colocado en la puerta de salida. Ahora espera a que el político galo mueva ficha para saber qué actitud adoptar frente a la afrenta y humillación sufridas. Y dado el talante guerrero e incisivo de la ex plumilla de «Paris Match», conocida por sus incendiarios «tuits», Hollande no debería apartar su vista de las redes sociales.