Belleza

La flacidez facial y el exceso de arrugas

La Razón
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Dilma Rousseff es una mujer que se cuida el rostro con esmero. Quizá es, a simple vista, en lo único que presta atención de su estilismo y cuidados de belleza. Pero si uno se fija con detenimiento en su rostro, esa imagen impecable se ve bastante empañada por los visibles signos de envejecimiento del cuello, el escote y las manos, propios de su edad y a los que puede poner solución de manera rápida. Para rejuvenecer estas zonas delicadas, le aconsejaría que se hidratara con infiltraciones de ácido hialurónico –asociado o no a otras sustancias– para de esta manera mantener a raya esa desagradable flacidez. También que hiciera uso del gas dióxido de carbono medicinal y de la bioestimulación con factores de crecimiento. Estas técnicas las asociamos a láser fraxel (erbio) o dióxido fraccionado para formar piel nueva a partir de la existente y eliminar manchas y pequeñas arrugas. Además, se puede ver que su pelo es demasiado seco y falto de movimiento, quizá por el uso abusivo de lacas y otros productos de fijación. El uso de champús hidratantes sería una buena solución. Se cuida bastante los dientes, y resulta evidente que se ha practicado algún tipo de tratamiento de blanqueamiento. Buena elección.

CÓMO SERÁ DENTRO DE 20 AÑOS

En el cuello el músculo del platisma está muy contraído y, además, tiene evidentes signos de flacidez. Si no locuida con el mismo esmero que su rostro, la única solución sería pasar por quirófano para someterse a un lifting.