Jesús Mariñas
Los fotógrafos declaran la guerra a las revistas
Contraatacan y hacen frente a una crisis que parece estar aprovechada por algunos medios. Los fotógrafos del «cuore» se ven apretados y exprimidos, de ahí su reacción y acción conjunta cara a montar una Asociación Protectora de sus ganancias, ahora tan mermadas. Unos sesenta representan al colectivo y encauzan el reivindicador grupo que, entre otras cosas, exige que las revistas vuelvan a pagarles 120 euros por foto, que es lo estipulado legalmente y ha sido rebajado a extremos vergonzosos que van de los 20 a los 70 euros. «Entendemos que han reducido los ingresos de publicidad porque hay menos anuncios, pero nuestro trabajo es nuestro trabajo, por eso planteamos que nos abonen esa cantidad. Así está legalizado», me dice uno de los portavoces. Habrá disidentes, cuentan con ellos, pero incluso se plantean dejar de abastecer material si no se les reconoce lo que les corresponde por ley. Será una guerra abierta si las revistas no admiten, ceden y abonan lo correspondiente. Incluso podría llegar a darse el caso de carecer de gráficos con los que llenar las páginas. Se consideran explotados, no sólo malpagados, e incluso menospreciados en su esfuerzo.
Es lo que le faltaba al movidito runrún nacional, donde no cesan ni las protestas ni la disconformidad. Por esto que yo me distraiga en el desfile de primavera que ya instituyó en su piscina el Hotel Wellington, tan acogedor de la tauromaquia al punto de que en su puerta de entrada tienen a un matador dando un lance como los que verbalmente prodiga Jaime Ostos contra Mila Ximénez. Vela armas con Mari Ángeles Grajal ante su próximo enlace, como Lara Dibildos ante una prueba como presentadora televisiva similar a la que ayer hizo la cada vez más estupenda Juncal Rivero. Pasma su seguridad frente a lo poco efectiva que resulta Eva González en «MasterChef». Lo suyo es exaltar la copla y por eso en Canal Sur sigue barriendo. Pero no da el tono entre aspirantes a maestros culinarios. Decepciona y casi aburre.
Mientras, Lara paseó con su nueva pareja, Joaquín, con quien lleva ya tres meses, propietario de una empresa de comida rápida. «Vamos despacito, no hay que precipitarse», asegura Dibildos, y en septiembre volverá al teatro ya sin la tutela de Enrique Cornejo, que prefiere verla experimentar con otros tras su impacto en «Testigo de cargo». «Será mi primer verano libre en varios años», exhaló ante Francine Gálvez. Igual que Miriam Díaz-Aroca está feliz por formar tándem teatral junto a su cuñada Belinda Washington en una alta comedia titulada «Ni para ti, ni para mí» que en julio estrenan en el Teatro Calderón de toda la vida. Aseguran la risa.
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