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Gracia Querejeta: «Mentiría si dijera que ha sido terrible rodar sin mi padre»

Concursa en el Festival de Málaga con el drama familiar «15 años y un día»

Escena del filme «15 años y un día», con Maribel Verdú y el joven Arón Piper
Escena del filme «15 años y un día», con Maribel Verdú y el joven Arón Piperlarazon

Margo, una madre viuda (encarnada por Maribel Verdú), incapaz de controlar a su hijo adolescente, decide enviarlo a casa de su abuelo, un ex militar (Tito Valverde). No sólo el joven, sino toda la familia, acabará enfrentándose a sus miedos y limitaciones en «15 años y un día», lo nuevo de Gracia Querejeta, presentado ayer en el Festival de Málaga.

–Usted tiene un hijo que no hace mucho era un adolescente. ¿Tiene algo de la relación con él?

–La película nace cuando mi hijo tenía 14 años, de ese temor porque vayan por el camino equivocado. Pero nada más. Es la historia de un chico acomodado que comienza a tener problemas bastante serios y una madre bastante frágil que no se siente capaz de lidiar con él.

–No es la primera película del festival protagonizada por un adolescente problemático. ¿Por qué este interés por los jóvenes?

–Están sucediendo cosas (que no sé si es que antes no las sabíamos), como que algunos padres tienen que recurrir a la Justicia porque sus hijos les maltratan o un índice de fracaso escolar espeluznante. Los adolescentes tienen demasiadas preocupaciones. ¿Cómo vas a mirar con inteligencia los problemas de tu hijo si toda la familia está en el paro? Vivimos una situación muy compleja. Cuando yo era joven nadie pensaba que no iba a tener trabajo. Va más allá de lo hormonal.

–Es la primera película que no produce su padre. ¿Cómo influye esto?

–Elías producía de una manera muy particular. Cada uno tiene su estilo. Mentiría si dijera que ha sido terrible y que me ha costado mucho adaptarme. He sido muy feliz rodando porque hoy en día es un privilegio. Mis tres años en la televisión me han enseñado una versatilidad y rapidez que, cuando me dijeron que tenía que rodarla en siete semanas porque estamos en unos niveles de presupuesto muy reducidos, no me asustó; sabía que podía sacarla adelante. ¿Que es mejor contar con más semanas de rodaje? Seguramente sí. Pero vivimos un momento en el que te adaptas o te quedas en casa.

–¿Tiene alguna ventaja este nuevo panorama en la industria?

–Hay que agudizar el ingenio y utilizar recursos que antes ni se nos pasaban por la cabeza. Pero que la generalización de nuestra industria sean películas que se ruedan en cinco semanas es un desastre. Tendremos que hacer producciones como la de Isabel Coixet, con dos personajes y dos localizaciones. Eso debería ser una opción creativa, no impuesta por la situación.

–La mayoría del cine en nuestro país lo distribuyen las «majors». «15 años y un día», también. ¿Se consigue así más repercusión?

–Mis dos primeros filmes lo hice con Alta Films y Elías decidió que para «Siete mesas de billar francés» quería algo más potente. Esta vez puedo darme por satisfecha porque ahora son muy pocas las posibilidades. Tiene más visibilidad, lo cual no significa que haga mejor taquilla. Ahora mismo no va nadie al cine, nadie. Los productores están cada vez más angustiados y hacen películas más pequeñas para que luego el batacazo no resulte tan grande.