Crítica de libros

Amigo conductor

La Razón
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El prestigioso profesor de la Universidad de Surrey, U.K., David E. Gray, afirma que para un aprendizaje efectivo en personas adultas, es necesaria la reflexión sobre las experiencias vividas y que, para hacerlo, puede resultar muy beneficiosa la ayuda de un «coach». La Dirección General de Tráfico nos está bombardeando en estas fechas con mensajes publicitarios para que seamos más prudentes a la hora de efectuar desplazamientos al volante de nuestro automóvil. Un servidor, desde esta columna, quiere aportar su granito de arena y, como «coach», les propongo un pequeño ejercicio de reflexión.
Recuerden algún momento de su vida en el que, al volante de su coche, no pasó nada, pero estuvo muy a punto de suceder una desgracia. Ese «¡uf!, casi nos la pegamos. Tengo demasiado sueño para conducir pero total... estoy a diez minutos del hotel», o «¿de dónde ha salido esa niña?, casi me la llevo por delante, debería de haber circulado más despacio por esta zona», o tal vez «vaya pinchazo inoportuno, casi nos saca de la carretera, debería haber revisado los neumáticos antes de emprender el viaje» y así un largo etcétera, que creo todos tenemos en nuestra memoria.
Voy a pedirles ahora que reflexionen un momento sobre lo que sintieron en aquel instante, ¿miedo a lo que podía haber sucedido?, o tal vez pensaron que habían cometido una estupidez. Quizás, reflexionando sobre esa experiencia, decidan hacer algo para evitar que se repita, bien sea siendo más previsores o bien modificando algunos hábitos al volante. Feliz verano.