Palma de Mallorca
«Ya no existe ésa es la respuesta que nos dan»
El Prat– «Siamo qui, abandonati, in questo bellisimo aeroporto di Barcelona». Desconcierto, resignación, ironía, rabia y mucha paciencia entre los miles de pasajeros de Spanair que ayer se encontraron, en el aeropuerto de El Prat, billete en mano pero sin avión al que subir. Otros miles de clientes de la aerolínea catalana hicieron acopio de serenidad para tratar de llegar a su destino en las instalaciones de Madrid, Málaga, Alicante y de fuera del territorio español. Información no les faltó, el personal de Spanair contó con el apoyo de trabajadores de AENA para reconducir a los pasajeros, aunque nadie contestaba a los teléfonos habilitados y la página web de la compañía llevaba horas sin funcionar. Todos se vieron obligados a rascarse el bolsillo o a replantearse sus viajes. «Ha quebrado, ya no existe, ésa es la respuesta que nos han dado» en el mostrador de Spanair, situado en la planta de salidas de la Terminal 1 del aeropuerto de El Prat, explica Cataisa López. La joven, estudiante de Ciencias del Mar, debía partir ayer, con un grupo de universitarios, hacia Vigo. Tras hablar con el personal de Spanair, que «de muy malas maneras» le explicó cómo interponer su reclamación, tratar de recuperar el dinero, y cuáles eran sus alternativas, Cataisa se dirigió a la planta inferior de la terminal para comprar otro billete a su destino. Desde la megafonía se instaba a todos los afectados a acercarse a los mostradores 800 para encontrar solución. Allí, otros pasajeros, como la familia Lamotte-Matas, comparaban precios de billetes hasta decirse, finalmente, por AirEuropa para volver a su casa en Palma de Mallorca. Varias compañías aéreas pusieron a disposición de los afectados «tarifas de rescate», como Vueling. Pero la tensión estalló entre algunos pasajeros cuando al precio anunciado –entre 60 y 100 euros, según el destino– se le sumaban las tasas. «Lo que estáis haciendo es ilegal, el Ministerio dice que no tenemos por qué pagar», increpó Javier Varga a una trabajadora. Alicia Palacios supo de lo ocurrido de camino al aeropuerto. «Casi me pongo a llorar», dijo, pero encontró solución. Voló junto a su hija Elsa a Palma pero duda de poder recuperar lo abonado y «estando en paro, duele».
✕
Accede a tu cuenta para comentar