Golpe de gracia

Salvo que el sucesor sea el orfebre mayor del reino, es decir el vicepresidente Pérez Rubalcaba, el próximo presidente del Gobierno se encontrará con un panorama ya visto y sobre todo vivido. Según los sondeos será Mariano Rajoy el que tenga que lidiar con los ayuntamientos controlados por los testaferros de ETA. Y no sólo eso. Si hacemos caso a la encuesta del CIS es más que probable que en Navarra se forme un gobierno de todos contra UPN-PP.

Ya lo intentaron hace cuatro años pero a partir del 22 de mayo podría resucitar la fórmula de PSOE más los ex batasunos de Zabaleta, Izquierda Unida y Eusko Alkartasuna recubierta con el manto legalizado por los jueces dependientes. Ni Sortu encontró los estatutos de su partido por sorteo ni la fórmula de empaquetar a los candidatos entre formaciones legales nació por generación espontánea. Tampoco es casual la gestión gubernamental del trabajo de las fuerzas de seguridad, de la Fiscalía y del abogado del Estado.

Cuesta encontrar los reproches en la superficie. Los votos particulares de los magistrados del Supremo favorables a Bildu y Sortu han sido los dedos en las llagas. La llegada de la noticia agradable desde el Constitucional, anunciada por el diputado Madina, un desliz definitivo. Incluso la reprimenda de Rubalcaba al incontinente portavoz adjunto socialista un gesto tribunero. Los terroristas siguen activos y desde el 22 de mayo pagados por los contribuyentes. Es un golpe de gracia a las víctimas.