Comunidad de Madrid

Del pisito de «Trini» al local de Gómez

La guerra entre Gómez y Jiménez por el uso de los espacios ha terminado con una «oficina» para cada uno.

Del pisito de «Trini» al local de Gómez
Del pisito de «Trini» al local de Gómezlarazon

La fractura que comenzó en el PSM hace algo más de un mes se hace cada día más patente. Si a cada acto de Trinidad Jiménez le sigue uno casi idéntico de Tomás Gómez (y viceversa) y cada propuesta es seguida por una réplica, el enfrentamiento entre los aspirantes a candidatos a la Comunidad de Madrid era cotidiano en relación a los medios con los que contaban para realizar sus campañas. Las acusaciones que se lanzaban desde el entorno de una y otro (y viceversa) sobre el uso de autobuses del partido, sedes y demás utillaje político ya han encontrado un freno. La secretaria de Organización del PSM, Trinidad Rollán, ha sido el enlace entre Ferraz y las dos candidaturas para señalarles los recursos que el Federal ponía a su disposición y para conocer de primera mano por cual de las opciones se decantaban los candidatos.

Desde el PSOE se ha ofrecido una terna de lugares para convertir en «cuartel general del candidato»: un piso en la calle Ferraz, una agrupación local o en la ex sede del PSM del distrito de San Blas. Así, mientras la ministra de Sanidad ha elegido como cuartel general el piso situado en el número 55 de Ferraz, propiedad del PSOE y situado a escasos metros de la sede central, el líder del PSM, que rechazó esa opción, optará por los locales de una agrupación del PSM de la capital, según informaron fuentes de su candidatura a Ep. Además de las sedes, las reglas establecidas por Ferraz prevén además adaptar los espacios habilitados con teléfonos, ordenadores y material de oficina, pero la campaña no debe tener coste extra para el partido ni requerir nuevas infraestructuras. Por este motivo, no se prevé que ninguno de los candidatos tengan autobús de campaña ni recursos extra, al menos pagados por el partido. De esta manera, los socialistas tratan de poner freno a las críticas y enfrentamientos que se iniciaron con el uso por parte de Tomás Gómez de un autobús del PSM con el que recorría los pueblos de la región.