Niñas que escriben por Paloma Pedrero

Soy incapaz de recordar fechas, pero debe andar por dieciocho los años que llevo de jurado en el concurso de redacción que organiza Coca-Cola para las criaturas de trece y catorce. Tantos años llevan ellos convocándolo que yo misma hice la redacción cuando estaba en cuarto de Bachiller. Imaginen. Yo no gané, pero algunos conocidos escritores de hoy sí que tuvieron la suerte de disfrutar de ese maravilloso premio. Desde hace unos añitos se nombra como premio de relato corto, que hay que hacerse al presente. Y desde hace unos cuantos añitos más siempre lo ganan las chicas. Este año, las cinco finalistas, todas con un talento extraordinario, se han marchado con sus profesores a Ámsterdam en viaje literario, han hecho un curso de escritura en Madrid y han sido regaladas con sorpresas para el alma: encuentros con escritores, visitas a platós o la realización de un corto en el que ellas mismas se convirtieron en actrices, por cierto bastante buenas, lo que demuestra que el talento para la creación suele venir en abanico. Porque a la imaginación hay que unir el compromiso, la disciplina, la concentración, el humor… Pero, ¿y los niños? ¿Qué pasa con los varoncitos y la escritura? Para ser honrada, creo que ciertamente los niños a esa edad andan apenas entre el fútbol y el onanismo. Pero, además, la capacidad que tienen las chicas para implicarse en la verdad de sus cuentos es claramente mayor. Ellas profundizan en el plano emocional, tan importante en la literatura y en la vida. También, por fin, los jurados de hoy son igualitarios en cuanto a género. Así que aunque los hombres sigan hablando más y más alto, las mujeres actúan y votan. Me alegro de estar ahí en tan hermosa labor.