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Trichet pide sanciones más automáticas en el Pacto de Estabilidad

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, pidió hoy que las sanciones para los países de la zona euro que incumplan los compromisos del Pacto de Estabilidad sean automáticas desde que se constaten y no se puedan derogar.

"Las sanciones financieras deben aplicarse en una fase más temprana" para indicar a los Estados que no se están ajustando a las reglas, y no como ahora, que sólo se imponen cuando se produce "un incumplimiento repetido", afirmó Trichet en una conferencia en el Instituto de Francia en París.

"Reforzar la gobernanza, la vigilancia mutua, es la enseñanza de la crisis", comentó tras proponer la instauración de "un pequeño número de indicadores muy selectivos"como signos de alerta del incremento de las diferencias de competitividad de los países de la moneda única. A su juicio, en la "indispensable"reforma de la vigilancia macroeconómica "no hay que prever derogaciones a la aplicación de sanciones".

Opinó que los dispositivos de alerta en los que trabaja la Comisión Europea "tienen que mejorarse"porque, aunque sean "pertinentes"y buenos para el conjunto de los veintisiete países de la Unión Europea (UE), "deben reforzarse para la zona euro".

El presidente del BCE abogó, en definitiva, por constituir "casi una federación presupuestaria"e insistió: "necesitamos"la vigilancia de la competitividad en cada país porque en una unión monetaria "hay que evitar divergencias importantes"y de carácter duradero.

Cada país de la moneda única debe comprometerse a "preservar su competitividad relativa"porque, aunque "la diversidad que tenemos en Europa es una baza", eso no debe implicar "divergencias importantes y persistentes", agregó.

"Necesitamos reforzar de manera formidable la gobernanza, lo que supone un cambio muy importante del Pacto de Estabilidad, es decir, de la vigilancia", comentó antes de pronunciarse a favor de "un nuevo pilar"que es "la vigilancia macroeconómica", es decir la de la competitividad.

Trichet propuso una serie de indicadores en tanto que signos de alerta temprana de las diferencias de competitividad, en particular los costes de la mano de obra, pero también el déficit por cuenta corriente, medido en porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB), o la tasa de créditos de la financiación del sector privado.

Reconoció a ese respecto que hay "mucho que hacer para una estandarización"de las estadísticas y añadió que eso implica que los países tengan que admitir someterse a auditorías estrictas.

El presidente del BCE reiteró su oposición a la indexación de los salarios sobre la evolución de la inflación, ante el riesgo de que eso lleve a "una espiral"inflacionista y favorezca el desempleo.

Alertó de que "un país que cae en una espiral de costes y de precios"que suben de forma duradera por encima del objetivo del 2 % anual del BCE "se sitúa en una situación de menos competitividad".

Preguntado por la polémica sobre la competencia fiscal entre los Estados del euro, Trichet respondió que la fiscalidad debe estar en función del gasto público y, por tanto, de lo que se trataría es de "armonizar el gasto público".

Acerca de la posibilidad del impago de deuda por parte de algún país de la moneda única, comentó que "la hipótesis de trabajo"es que los que tienen un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea y reciben el apoyo de los europeos "no suspenden pagos".