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Briatore hace temblar a Valere por Jesús Mariñas

El italiano ya se ha asentado comercialmente en la «milla de oro», ahora un tanto desvencijada.

Briatore hace temblar a Valere por Jesús Mariñas
Briatore hace temblar a Valere por Jesús Mariñaslarazon

Su nuevo Club Billionaire supone una novedad para Marbella de cara a la temporada estival. Situado frente al Oasis próximo a El Corte Inglés, su discoteca pretende desbancar el hasta ahora rebosante virreinato de la incombustible Olivia Valere. Me aseguran que la argentina se echó a temblar como la mítica Regines, de la que ya nadie se acuerda, cuando esta «pied noir» arribó a la costa amparada por Jesús Gil. Y hablando de aquel famoso trío, Isabel García Ramos y Marisol Yagüe han sido culpadas por la «Operación Malaya», pero nada ha vuelto a saberse de Carlitos Fernández. Se esfumó. Paqui, su madre, tranquiliza al personal y asegura que «está bien, muy bien». Pero no precisa si en las inmediaciones o escondido en un convento. Quizá se encuentre por tierras argelinas que están a tiro de piedra. Desapareció y no le persiguieron. Tal vez porque lo dejó todo atado, y bien atado.

La temporada marbellí empieza el día 15 con la tradicional fiesta ofrecida por Oliva e inspirada en el país vecino, Francia. Se temen piques y hasta deserciones, aunque el «billionario» de Briatore no tiene el aforo de la macrodiscoteca que Valere montó. Levantó un imperio, y sus terrenos dan muestra de que será inexpugnable porque cobija lo mejor de la zona. Entremezcla nacionales, europeos y rusos con la morería cinco estrellas, a la que entiende y atiende como nadie. Es un lugar tan paradigmático de la ciudad como lo era el Marbella Club en otro tiempo. El estreno de Briatore no fue muy allá. Destacó más la voluptuosidad de Elizabetta Gregoriacci que el decorado «a la rusa»: abundante en mármoles y dorados. La modelo italiana sobresalió incluso más que los seis guardaespaldas, que custodiaban a Briatore y a su mano derecha Agag, yerno de Aznar.

Ricardo Arrue y Alicia Villa Padierna optaron por alojarse en el mismo hotel que escogió Michelle Obama cuando visitó la ciudad hace tres veranos. Dieron cierto empaque social a la celebración. La mayoría de los invitados no tenían mucho pedigrí. Fallaron los inevitables archiduques de Prusia y los representativos Hohenlohe –ni tan siquiera acudió la juerguista ex duquesa de Arión–. Ni tampoco rastro de los jóvenes cachorros de la «jet set»: Medina Abascal, Muñoz Escasy y Fernando Martínez de Irujo, que para principios de agosto espera a su madre y a Alfonso Díez tras sus vacaciones en San Sebastián.

Con o sin invitados de renombre, el magnate ya tiene un nuevo Billionaire. Estambul, Cerdeña y Montecarlo son otros lugares del Mediterráneo en los que también ha abierto mercado. Asimismo, proyecta construir otro en Ibiza para competir con El Lís. Sin duda, una mayor oferta repercutiría en mejorar los servicios.