Sufrimiento

Ganó el Barça y habrá quien diga que lo hizo contra diez. Cierto, pero antes de que el marcador se inclinara a su favor y con empate a cero, el árbitro no pitó un claro penalti. Los tres goles fueron poca renta de acuerdo con las ocasiones que tuvo el Barcelona. Almunia, que salió en sustitución del titular lesionado, fue el héroe de la noche. Salvó a su equipo de al menos cuatro goles más. Los partidos que se juegan en medio campo acaban por parecer antifútbol. Un solo equipo manejando el balón, diez jugadores pasándose la pelota como en un entrenamiento, acaba siendo sufrimiento. El equipo que sólo toca la pelota para interceptar el pase y cortar la penetración acaba perdiendo su identidad. Fue el caso del Arsenal, equipo inglés al que se le adjudican valores futbolísticos distintos a los del país. Su constancia en hacer del partido un juego sólo en medio campo puso en dificultades al Barça, pero no sacó a relucir ninguna de sus virtudes. Cesc perdió la orientación.
El Arsenal se sacrificó defensivamente, y ello hizo recordar lo ocurrido contra el Inter la pasada temporada. Si en el equipo italiano vimos a Eto'o casi como lateral, anoche hizo algo parecido Nasri. Wenger quiso que la eliminatoria le llegara por la vía del sacrificio y estuvo a punto de conseguirlo.
El equipo barcelonés insistió una y otra vez en el ataque por el centro, donde había un muro cada vez más difícil de superar. El juego entró en roces y alguna entrada dura. Messi, como siempre, llevó la tranquilidad. Marcó un gol de fantasía. Hubo épica. Inesperado.