Barcelona
Xavier Nonell: «El 15-M anda como oveja sin pastor»
Su preocupación por los jóvenes le ha llevado a escribir una carta «para que aprendan a entregarse»
MADRID- Apenas tres semanas le han bastado a Xavier Novell i Gomà para escribir «Carta a los jóvenes». No porque lo haya hecho con ligereza, sino porque simplemente tenía que poner sobre el papel la que ha sido su misión y preocupación como sacerdote primero, y obispo de Solsona ahora: acercar el Evangelio a los jóvenes.
–Se dirige a la llamada «generación perdida».
–Vivimos aquello por lo que apostaron los padres de los jóvenes de hoy, que tenían entre 20 y 30 años en el mayo del 68–. Se trata de una generación que eclesialmente y, quizá, socialmente se perdió. La siguiente es su hija. O los jóvenes actuales reconocen que el testigo que se les ha transmitido no vale en sus grandes postulados, o van a fracasar como generación.
–Ésa es la sensación que generan, después de dos semanas acampados, los del 15-M. ¿Van como ovejas sin pastor?
–En muchos aspectos es así, particularmente en ese colectivo. Aun así, en ellos aparece un toque de alerta a las clases dirigentes de este país. Es una reacción normal y comprensible a tanto escándalo de corrupción, a una actitud poco ejemplarizante en tiempo de crisis. Sin embargo, me parece un movimiento sin liderazgo. Al constituirse tan asamblearios , me parece que va a acabar mal. Hay un problema de fondo: criticar es muy fácil, pero construir es muy difícil. Si construyes, inevitablemente te la juegas: unos aplaudirán porque creen en ti y otros te criticarán porque van a pensar que entras en el «establishment». Lo loable es que alguien se arriesgue a hacer algo. Por ejemplo, el joven que entra en un partido político y se arma espiritual e intelectualmente para ello.
–Se autodenominan «indignados». ¿Qué le indigna a Xavier Novell?
-Toda esa gente que en lugar de servir, se sirve de. Me indigna todavía más todo aquel que aprovecha su imagen paternal para dar rienda suelta a sus miserias y sus pecados. También, que haya gente en la Iglesia que en lugar de acoger con humildad lo que el Evangelio propone, se erige como instancia que tiene la Verdad y desencamina a otro.
–Los jóvenes del 15-M no representan a la juventud. Pero, ¿y los de la Jornada Mundial de la Juventud?
–Nunca ha habido en Madrid un acontecimiento de estas dimensiones, no sólo por el número de personas, sino por la calidad. La generación de católicos del futuro se reunirá aquí en agosto. Estarán los futuros obispos, los santos del siglo XXI...
–Hay a quien le entran dudas de sobre los frutos de la JMJ. ¿Se quedará en una mera anécdota?
–Confío en que no. Primero, porque mi experiencia es que los jóvenes que ahora están trabajando fuerte en la diócesis son jóvenes que dieron el salto en la JMJ de Colonia. Entonces fuimos pocos, y espero que ahora suceda multiplicado por cien. Además, el 15 de junio me encuentro el arzobispo Osoro y el obispo Munilla para pensar, desde el Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal, qué vamos a hacer después. Por último, la JMJ va a pedir un gran trabajo de mucho religiosos, sacerdotes y catequistas que, si están atentos y son capaces de que los jóvenes vivan una experiencia fuerte, tendrán trabajo los próximos años.
–Son muchos los jóvenes que se alejan de la Iglesia. Y más los que ni siquiera se plantean creer...
–Los jóvenes de hoy no se alejan de la Iglesia, la realidad es que nunca han estado en la Iglesia. Es más, aquellos que han estudiado en colegios religiosos, cuando terminan la etapa escolar no continúan, lo que hace plantearnos un análisis a fondo de cómo educamos.
–Y de las catequesis de comunión, en la confirmación...
–En mi diócesis el número de chicos que hacen la comunión es muy inferior al de hace unos años y la confirmación está en caída libre. El otro día me decían que en una capital catalana con unos 50.000 habitantes no hay ningún joven que se esté preparando para este sacramento. Eso es muy fuerte. El diagnóstico es claro: los jóvenes no conocen la Iglesia. Y de ahí, nuestro planteamiento no es de contención, sino de anuncio, de misión. No tenemos que hacer algo para que no se vayan. Tenemos que hacer algo para ir a su encuentro con mucha humildad, renovar nuestros métodos, con la caña, uno a uno, desde el testimonio.
–«Conseguir cualquier cosa importante implica esfuerzo», recuerda en el libro a los jóvenes.
–Y les pongo como ejemplo en positivo lo que se machaca en La Masía para ser alguien en el Barcelona. Cuando el objetivo es realmente deseado y atrayente, el joven está dispuesto a renunciar a lo demás. También los hay que son absolutamente abúlicos y pasan de todo.
–Los «ni-ni», que no se compromenten en la Iglesia, pero tampoco en Cruz Roja...
–Cuando uno no ha gustado el gozo de servir y de entregarse, ha entrado en la espiral del ausentarse con el botellón o las drogas, buscando sólo satisfacción sexual, le parece que entregarse, acompañar a enfermos a Lourdes o colaborar en una ONG, les parece absurdo. Es la máxima del «antes muerta que sencilla», una imagen falsa de la vida del glamour, de la vida del famoso que está hipnotizando a mucha gente.
–¿Hay tiempo para Tuenti, pero no para Dios?
–Dios es algo tan intangible e inaccesible para un joven que es imposible que tengan tiempo para Él. En cambio, pueden ver como algo interesante tener un encuentro personal con alguien que te escucha y que te aconseja bien, o con otros chicos que hacen cosas más divertidas e interesantes que estar en un banco de una plaza que al final aburre y si no se marchan de ese grupo es porque no soportan la soledad. El Evangelio es para todos, no sólo para los universitarios de mala familia. La Buena Noticia ha de llegar a la gogó, y también a la chica que se prostituye para seguir estudiando.
En primera persona
A punto de cumplir catorce años como sacerdote, Xavier Novell (Ossó de Sió, Lérida, 1969) no se plantea quién sería de no haber dado su «sí» a Dios. «Una vez un empresario me invitó a que si dejaba el sacerdocio, le avisaba porque me contrataría. Me lo tomé a broma». En Roma también saben de su valía. Por eso el Papa le nombró el pasado mes de noviembre obispo de Solsona, sólo unos días antes de que visitara Santiago de Compostela y Barcelona. Si tuviera que resumir su libro en un mensaje de Twitter, lo tiene claro: «Si encuentras un amigo que es feliz, pregúntale por qué. Y si te habla de Cristo, no tengas miedo, descúbrelo».
«Carta a los jóvenes»
Xavier Novell, obispo de Solsona
Espasa forum
104 páginas. 14,90 euros.
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