El Cairo

Saleh reaparece en televisión tras un mes de convalecencia en Arabia Saudí

El régimen yemení había anunciado hace dos semanas que el presidente, Ali Abdala Saleh, se dirigiría a la nación desde Arabia Saudí, pero hubo que esperar hasta ayer por la noche para volver a ver al dictador después del atentado que sufrió hace más de un mes.

Saleh aparece con las manos vendadas y vestido con una túnica blanca en el vídeo difundido ayer
Saleh aparece con las manos vendadas y vestido con una túnica blanca en el vídeo difundido ayerlarazon

Saleh apareció en una grabación emitida por la televisión yemení vestido con la típica túnica blanca del Golfo Pérsico y el también típico pañuelo árabe atado alrededor de su cabeza, con un aspecto muy diferente al habitual, que buscaba esconder sus heridas graves, las quemaduras que habría sufrido en casi la mitad de su cuerpo y que eran evidentes en el rostro del presidente: la piel presentaba un color oscuro e innatural, rígido, al igual que su busto, sus brazos y sus manos, que no movió en ningún momento de la intervención.
Un Saleh envejecido y ya sin carisma, aunque con el mismo discurso desafiante que ha mantenido desde que estallaran las revueltas en Yemen, a finales del pasado mes de enero. El mandatario, en el poder desde hace 33 años, se dijo dispuesto a dialogar y compartir un Gobierno con la oposición, que es la solución que proponen los países vecinos en un acuerdo que Saleh ha rechazado firmar ya tres veces. Pero el presidente yemení también advirtió a sus oponentes que «han entendido mal la democracia» y la ponen en práctica «bloqueando carreteras» y «con las armas».
Asimismo, Saleh echó mano una vez más a la amenaza del terrorismo, dirigida especialmente a la comunidad internacional, preocupada por la presencia de la red Al Qaida en Yemen.
Saleh se dejó ver en público, a pesar de su terrible y casi irreconocible aspecto físico, para disipar las dudas y los rumores sobre su estado de salud, del cual depende el futuro de Yemen. El presidente explicó que ha sido operado más de ocho veces en la capital saudí, Riad, donde se encuentra hospitalizado desde principios de mes. Su salida del país árabe fue interpretada como el fin de su régimen por la oposición, mientras que sus fieles intentan retener el poder hasta que Saleh regrese, aunque ni él mismo dijo si lo hará y cuándo.