Cataluña

OPINIÓN: Un rayo de sol

La Razón
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En el mar de malas nuevas económicas, llega como un rayo de sol la buena noticia sobre la evolución del turismo en nuestro país. Según una encuesta del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, más de siete millones de personas escogieron España como destino turístico durante el pasado mes de julio. El crecimiento en el número de extranjeros que nos han visitado desde enero es muy notable, superando el 7%. Claramente una alegría para nuestra economía, tan aquejada de cifras negativas y malos datos.

Aunque el dato sea positivo, conviene hacer un poco de reflexión antes de lanzar las campanas al vuelo. Si echamos la vista atrás, los datos del Instituto de Estudios Turísticos nos confirman que el gasto total de los turistas en 2010 (último año para el que se tienen datos completos) fue menor que el de 2008. Para comparar con el año en curso tenemos que referirnos a las cifras mensuales que muestran que el gasto total en junio de 2011 es comparable al mismo dato en 2008. Es decir, en parte estamos recuperando el terreno perdido durante la crisis.

Lejos de mi intención el intentar minimizar lo positivo: nadie podría argumentar que el número de turistas o el gasto que hacen en nuestro país es bajo. El sector supone una parte muy importante del PIB y sigue siendo un motor importante de la economía. Además, la inyección que supone el turismo en las zonas receptoras (según la misma encuesta, los principales receptores habrían sido Cataluña y Baleares en este periodo) es importante. También es posible que, en alguna medida, el turismo coincida geográficamente con áreas que sufren de manera notable los efectos de la crisis inmobiliaria. Conviene además destacar que este aumento convive con proyecciones (malas para nosotros) que sugerían una caída en el turismo con destino europeo, y especialmente el dirigido al Mediterráneo occidental. Es muy posible que los conflictos en los países árabes y la repercusión mediática de manifestaciones populares en varios países hayan aminorado el vaticinado desplazamiento en destinos turísticos, favoreciendo a España. Por último, no hay que olvidar que el aumento en el turismo puede deberse a la mejoría económica en los países emisores. En suma, un rayo de sol, pero las nubes no se despejan del todo.