País Vasco

Maniobra desesperada de ETA: «Cancela» la extorsión a empresarios

Se trata de una maniobra a la desesperada de ETA para que las listas de su entramado estén en los comicios municipales.

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Expertos antiterroristas, consultados por LA RAZÓN, coinciden en que las cartas que la banda ha remitido a las patronales vasca y navarra, en las que les anuncia que no va a seguir con la extorsión (mientras dure el alto el fuego), forman parte de una estrategia, en la que cada paso está estudiado en función de cómo vaya el plan electoral marcado. Como no marcha conforme a lo previsto, han tomado esta iniciativa, de carácter propagandístico.

No es casual que el abogado sudafricano Brian Currin, que pretende ser mediador o verificador en todo lo que concierne a la tregua y una deseada, por los pistoleros, nueva negociación con el Gobierno, llegara ayer mismo al País Vasco al frente de su fantasmagórica «comisión». Y que el Tribunal Supremo tenga que decidir mañana sobre las listas de candidatos de Bildu.

Sigue el cobro
Las citadas fuentes subrayaron que hay indicios, que se investigan, de que ETA sigue cobrando el «impuesto revolucionario» a los empresarios que ya han hecho uno o varios pagos a la banda, pero que tienen «cuotas» pendientes. Para no «romper» el alto el fuego, el «talde» (grupo) encargado de los cobros, visita personalmente a los industriales y les somete a una «brutal presión» para que entreguen el dinero. Al no existir cartas, no se puede acreditar nada y, además, la persona afectada y, en su caso, sus familiares, son advertidos de que si comunican lo ocurrido a las Fuerzas de Seguridad habrá «consecuencias».

Las últimas cartas en las que se pedía el «impuesto» llegaron en octubre del año pasado, con cantidades que oscilaban entre los 60.000 y los 100.000 euros. A media mañana de ayer, el presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra, José Antonio Sarría, anunció que el pasado martes recibió una carta de ETA en la que se decía que no habría extorsión como consecuencia del alto el fuego. Minutos después, la patronal vasca hacía un anuncio similar.

Sarría explicó, en una entrevista concedida a Radio Euskadi, que en la comunicación se dejaba a su responsabilidad la decisión de hacer pública o no la carta y justificó la medida «porque lo hemos hecho siempre, incluso en aquellos momentos en que no era políticamente correcto, e incluso había sectores de la sociedad que decían que no se recibían cartas y nosotros teníamos constancia de que sí se recibían».

Apeló a la prudencia porque «llevamos 50 años con terrorismo y hemos visto situaciones en las cuales también se han declarado altos el fuego y suspensión de las actividades y desafortunadamente con posterioridad se han reanudado». «Por tanto, es buena noticia, pero debo ser prudente y el tiempo deberá confirmar si esto es permanente y ya definitivo, o no». Fuentes de la patronal vasca valoraron la misiva de ETA como una «noticia positiva y esperanzadora», aunque advirtieron que «habrá que guardar la prudencia necesaria».

Análisis. En el intento de engaño, ETA se hace previsible

¿A qué responde este anuncio de ETA?
–La banda se ha dado cuenta de que el plan para colar sus listas en las elecciones del 22 de mayo, puede fracasar. Y ha realizado este «gesto», meramente propagandístico, para presentarse ante la opinión pública como «víctima» del Gobierno y del PP, que no están dispuestos a creer en que vaya a abandonar las actividades terroristas.

¿ETA ha tenido que improvisar?
–En absoluto. Desde que puso en marcha su plan electoral tiene previstas una serie de iniciativas en función de cómo marchen las cosas. Lo que ocurre es que, por más que les duela, los pistoleros se han hecho previsibles y ya casi nadie les cree, salvo a los que les interesa, por razones políticas o personales.