España

El socialismo se agrieta

Vara duda de la credibilidad exterior de los ministros mientras Leguina reclama el relevo de la dirección federal 

La Razón
La RazónLa Razón

- Así es la vida y la política. Quien hoy manda, mañana pasa al ostracismo; quien antaño era imprescindible e indiscutible, hoy es cuestionado. Que se lo digan a Zapatero, el secretario general del PSOE que más poder interno ha acumulado en la historia reciente del socialismo, aquel que tomó las riendas del socialismo en 2000 y ejerció el poder con guante de seda y mano de hierro, hoy siente cómo el sólido suelo sobre el que se asentaba su liderazgo interno comienza a agrietarse. No es nuevo: en los partidos siempre los éxitos son de muchos y las derrotas, sólo de uno.La gestión de la crisis económica, la miope visión política con la que se ha trabajado, el cambio radical de discurso, las encuestas, el equipo... Todo vale ahora para desmarcarse de Zapatero. Hace semanas que empezó el goteo de críticas al presidente del Gobierno en el seno interno del PSOE. Primero de forma disimulada; ahora de modo descarado. El socialismo huele a derrota y los barones juegan al desmarque para evitar que la sangría de votos que auguran los sondeos no se convierta en hemorragia en sus respectivos territorios. Así que se ha abierto la espita. Y eso que al castellano-manchego José María Barreda le llovieron chuzos de punta por sugerir un cambio de Gobierno. Hoy todos están de acuerdo y además claman por ello. «Hace falta un Gobierno de solchagas, boyeres, almunias y felipes, que incluya si es necesario independientes o populares de reconocido prestigio capaces de infundir al mundo la credibilidad que España necesita». Quien así habla es de la dirección del PSOE, alguien cercano a Zapatero que no oculta la necesidad de un profundo cambio del Ejecutivo, pero busca aún el anonimato.Otros ya no se ocultan. Fue el caso ayer del presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, que admitió en una entrevista con Onda Cero que España tiene problemas de credibilidad en el exterior, por lo que hace falta «gente que cuando diga una cosa se la crea a pie juntillas». Hablaba de ministros, claro. Mucho más lejos fue el ex barón del PSOE Joaquín Leguina, que pidió alto y claro un relevo en la cúpula del PSOE y «más tino» que en 2000 a la hora de elegir. El PSOE niega que el liderazgo de Zapatero esté en cuestión. Pero, se ha abierto la caja de los truenos.