Ministerio de Sanidad
Errores de bulto en Salud por Sergio ALONSO
Los actuales altos cargos del Ministerio de Sanidad han dado al fin con la tecla que ya tocaron algunos antecesores suyos para copar protagonismo en los medios y hacer ver como que hacen cuando en realidad hacen poco o más bien nada. La tecla es conocida en el sector con dos palabras: «Salud Pública». En virtud de ella, Trinidad Jiménez ha sacado del cajón tres leyes de enorme repercusión en Prensa, pero dudosos resultados epidemiológicos a medio y largo plazo. Si el reto es mejorar la salud de los españoles, el logro con estos medios será difícil. Las normas son las relativas al tabaco, la nutrición y seguridad alimentaria, y la Salud Pública propiamente dicha. De la primera, baste decir que, a resultas del texto, en España resucitarán los clubes de fumadores; grupos de adictos al tabaco estarán enganchados al cigarro en plena calle, a la vista de los niños, y cualquiera podrá comprar tabaco en bares pequeños, convertidos así en estancos de urgencia. ¿Es esto tolerancia cero con el humo? La segunda norma, la de nutrición, tira la toalla en lo relativo a los transgénicos y apenas se atreve a meter mano a la llamada «comida basura». Tras el pulso perdido por Salgado con las hamburguesas gigantes, las autoridades ministeriales han agachado la cabeza genuflexas ante las cadenas de comida rápida, temerosas de su reacción. ¿Dónde está la lucha contra la obesidad infantil? En lo que respecta a la Ley de Salud Pública, poco cabe decir, más que el inciso de que bien podría haber incluido las reformas para endurecer la lucha contra el tabaquismo. Tumbada la agencia tipo CDC de Atlanta por orden de Economía, el Ministerio se ha limitado a hacer un compendio de lo ya sabido. Un cúmulo de generalidades inconcretas, como bien apunta el CES.
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