Estados Unidos
ANÁLISIS: Irak y ahora qué
- ¿Ha terminado la guerra?
–Para Estados Unidos sí, para los iraquíes no. La retirada de las tropas norteamericanas de combate pone punto y final a una campaña militar de siete años que ha provocado más de 4.400 bajas nacionales. El Ejército de Irak se enfrentará a partir de ahora en solitario a la misión de garantizar la paz y la seguridad en el país árabe. A tenor de la última serie de atentados en el mes de agosto, no va a ser una tarea fácil. Las Fuerzas de Seguridad iraquíes todavía no cuentan con los equipos adecuados, pero sí han recibido un entrenamiento intensivo de las tropas norteamericanas. Están hoy por hoy en el blanco de los insurgentes y los terroristas.
- ¿Qué consecuencias pueden derivarse de la salida?
–La principal preocupación reside en si la retirada norteamericana trastocará la política de alianzas con los líderes tribales y las milicias suníes contra Al Qaida que permitió la mejora de la seguridad. «Los aliados norteamericanos abandonarán la política que habían seguido hasta ahora para asociarse con quien consideren más poderoso», explica a LA RAZÓN Michael Rubin, experto en asuntos iraquíes del American Enterprise Institute.
- ¿Al Qaida reaparece?
–Líderes de la milicia suní los «Hijos de Irak» han alertado del inicio de las deserciones hacia Al Qaida. La crisis política por la que atraviesa el país desde el pasado mes de marzo, incapaz de formar un nuevo Gobierno, favorece la penetración de la red terrorista suní, pero también la injerencia extranjera.
- ¿Qué otros países pueden ejercer su influencia tras la retirada de EE UU?
–El investigador norteamericano señala que otras minorías como los kurdos pueden perseguir una nueva relación con Irán. «Obama se comporta de modo naif si piensa en que es posible mantener la influencia sobre las distintas facciones del país árabe cuando ha dejado de protegerlos», subraya Rubin. Irán está siguiendo de cerca las negociaciones para la formación del Ejecutivo, que desea afín a su régimen chií. La exclusión de los suníes del poder, que se sienten representados por Iraqiya, partido secular chií (que ganó por sólo dos escaños), podría conducir a un conflicto interreligioso. Arabia Sauí también está vigilante.
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