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El rinoceronte en peligro por la caza furtiva
El rinoceronte va camino de desaparecer en Sudáfrica para 2020 por la caza furtiva, alertan las reservas privadas del país, que exigen al Gobierno medidas para evitar la extinción del mamífero con el famoso cuerno en el hocico.
"Según un estudio presentado por la Asociación de Propietarios de Rinocerontes, de continuar la caza furtiva a este ritmo, la especie podría extinguirse en ocho años", declaró a Efe Lorinda Hern, dueña del Parque de Leones y Rinocerontes, una reserva privada a las afueras de Johannesburgo.
En Sudáfrica existen unas 400 reservas privadas que guardan uno de cada cuatro rinocerontes del país, donde al menos 108 ejemplares han sido abatidos en los primeros dos meses y medio de este año, según los datos de Parques Nacionales de Sudáfrica (SANPARKS).
La cifra podría alcanzar en 2012 los 1.300 animales, triplicando el récord alcanzado en 2011, con 448 animales abatidos, según Jabulani Ngubane, responsable de seguridad de la reserva de Ezemvelo, en Kuazulu-Natal (este).
Según Ngubane, citado esta semana por el diario sudafricano "The Star", los cazadores furtivos están trasladando su actividad de los parques nacionales, donde se ha incrementado la seguridad, a las reservas naturales privadas más pequeñas.
Los expertos calculan que en Sudáfrica quedan en torno a unos 20.000 "rinos", como se conoce popularmente a estos animales en inglés, aunque se desconoce el número exacto.
"Necesitamos un censo adecuado de rinocerontes en Sudáfrica, porque el Gobierno cree que tiene tiempo para reaccionar y no está haciendo lo suficiente", afirmó Hern.
Los dueños de reservas naturales privadas están aplicando medidas para evitar la caza furtiva de los rinocerontes, cuyo cuerno alcanza precios superiores al del oro en el mercado negro asiático, donde se le atribuyen supuestas propiedades medicinales y afrodisiacas.
"Es una carrera continua. Hay que incrementar las medidas de seguridad constantemente, puesto que los furtivos aprenden cómo burlarlas", explicó a Efe Colin Patrick, responsable de la reserva de Montainview, junto al Parque Nacional Kruger (norte).
Envenenar el marfil con toxinas o retirar las astas de los animales son algunas de las soluciones que los dueños de reservas privadas están poniendo en marcha para impedir la caza de sus rinocerontes y la consiguiente pérdida de su inversión, que asciende a 300.000 rands (unos 30.000 euros) por ejemplar.
El coste de las medidas de seguridad contra los cazadores furtivos está haciendo casi imposible mantener a los cornudos mamíferos en reservas privadas, aseguran sus propietarios. "En estos momentos -explicó Hern-, cada rinoceronte de nuestro parque va acompañado de un guardaespaldas". Según Patrick, "las reservas privadas son cada vez más reticentes a tener rinocerontes por los elevados costes, y esto es muy peligroso". "En términos de conservación -prosiguió el responsable de la reserva de Montainview-, podríamos ver un decrecimiento de la población muy sustancial en los próximos diez años".
A las pérdidas materiales hay que añadir, además, los riesgos que la caza furtiva supone para los propios turistas. "No ha llegado a haber ningún conflicto, pero si ha ocurrido ya que los turistas se han cruzado con furtivos", habitualmente armados con escopetas de caza o armas automáticas, aseguró Patrick. "Si te ven, te matarán, sin ninguna duda", comentó a Efe Jan Bloschan, jefe de seguridad de la mencionada reserva de Rinocerontes y Leones, que perdió tres "rinos"por la caza furtiva en 2010.
Un cuarto ejemplar murió también recientemente a causa de la anestesia suministrada durante un tratamiento para envenenar su cuerno. "Hemos perdido rinocerontes por el furtivismo y por intentar protegerles. Pero si tuviera que elegir, siempre optaría por lo segundo", admitió Hern. "Prefiero -agregó Hern- que (un rinoceronte) muera por la anestesia a que lo haga con la mitad de su cabeza amputada, hasta caer rendido por el dolor y el agotamiento. La crueldad de la caza furtiva es imposible de asumir".
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