Bruselas
Rajoy pedirá liquidez y estímulos a cambio de ajustes y reformas
MADRID- El Gobierno español confía en que los ejes centrales del Consejo Europeo que este lunes se celebra en Bruselas sean el empleo y las medidas para reactivar la economía. El mantra de la austeridad sigue vigente, pero con el añadido de que tiene que ir acompañada de «más medidas». En el Ejecutivo esperan que ésta sea la cumbre que eche el flotador que impida que la eurozona se ahogue en el mar de la recesión, con los países del sur como cabezas de turco, Italia y también España.
El gran deseo «sotto voce» es que incluso se eche a andar la reflexión que lleve a la revisión de los objetivos de déficit que esperan que acompañe a la oficialización de las previsiones económicas de la UE para el presente ejercicio. Una posibilidad que a finales de noviembre ya planteó el primer ministro italiano, Mario Monti, ante la hipótesis, ya confirmada, de que la crisis siguiera empeorando.
Como es una reunión informal, la agenda es más difícil de controlar. Si bien el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy –quien coordinará el debate–, no tiene previsto poner sobre la mesa esa posible revisión de los planes de consolidación de las cuentas públicas. En Bruselas entienden que éste es un asunto bilateral entre los estados miembros y la Comisión. Ahora bien, tampoco vetarán que algún país miembro lo saque a relucir.
En Moncloa sostienen que Rajoy mantendrá su discurso oficial ajustado al compromiso de austeridad fiscal y disciplina presupuestaria: por la presión de las economías más saneadas de la eurozona, sobre todo de la canciller, Angela Merkel, y también para evitar que cualquier ambigüedad al respecto sirva de excusa a los mercados.
Las fuentes consultadas destacan que Rajoy acude con los «deberes hechos» ya que «se ha cuidado de llenar la maleta» de pruebas –ajuste de 15.000 millones de euros, Ley de Estabilidad Presupuestaria e inminente reforma laboral y del sistema financiero– que le permitan presentarse ante el resto de vecinos como el socio fiable que les prometió que sería en la campaña electoral. Es decir, que hace reformas y que sigue empeñado en cumplir con el objetivo de déficit que marque Bruselas.
Es su primera cumbre como presidente del Gobierno y en ella se estrenará como ponente propugnando ante el grupo de los Veintisiete que la «regla de oro» del ajuste presupuestario, que aprobó el viernes el Consejo de Ministros, se generalice en la eurozona; que los fondos excedentes de la Unión Europea se dediquen a políticas destinadas a la creación de empleo, posibilidad que ya apuntó previamente la canciller alemana, Angela Merkel; que se homogeneicen los salarios de los directivos de entidades financieras que hayan recibido fondos públicos; y que se establezca un mismo modelo de capitalización a la Seguridad Social, aplicando el modelo austríaco.
La agenda del Consejo Europeo tiene tres apartados: empleo y juventud, pymes y mercado único. Precisamente, destacan desde Moncloa, tres de las prioridades de la agenda nacional de Rajoy. El presidente español será uno de los dos ponentes en el apartado de empresas, y su referencia será el programa electoral y la Ley de Emprendedores que espera tener lista antes del verano, y que incorporará estímulos fiscales y otro tipo de ayudas.
En cualquier caso, «nuestras urgencias» trascienden al Consejo Europeo del lunes. El Gobierno tiene la vista puesta en febrero, cuando se conocerán las previsiones económicas de Bruselas para la eurozona; y en el Consejo Europeo de marzo, cuando la UE aprobará los tratados y el Pacto Fiscal. En sus previsiones está descontado que la UE alargará el calendario de consolidación fiscal, en nuestro caso posiblemente hasta 2014 o 2015, aunque Merkel se resista a hacer cualquier gesto en ese sentido hasta que esté segura de que el Pacto Fiscal sale adelante y que hay un régimen de sanciones viable para los países manirrotos. El Pacto Fiscal permitirá además desbloquear el Mecanismo Europeo de Estabilidad. Si en marzo la Comisión Europea revisa los objetivos de déficit, esto permitirá que los nuevos Presupuestos Generales del Estado no sean tan traumáticos. Para el Gobierno español también es prioritario que el Banco Central Europeo (BCE) siga ayudando a mantener la liquidez.
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