España
30 años para «Cabeza de cerdo»
La Audiencia impone a Ioan Clamparu la mayor pena de cárcel aplicada contra un proxeneta en España. Obligó a una prostituta a abortar
MADRID- Es complicado entender cómo funciona la mente de Ioan Clamparu. Que alguien que tiene la capacidad de burlar a las autoridades europeas durante los últimos 20 años planee mal su última jugada. Que alguien que ha traficado con mujeres –muchas de ellas menores–, las ha obligado a mantener relaciones con él, les ha pegado palizas e, incluso, las ha obligado a abortar para, a los pocos días, volver a prostituirlas cuando aún no se habían recuperado de la intervención, se presente de forma voluntaria ante la Policía Nacional. Que se coma tranquilamente un bocadillo mientras espera que le pasen a un calabozo hasta su puesta a disposición judicial y que justifique su entrega porque ahora «quiere estar tranquilo y pasar tiempo con sus hijos». En realidad, puede que lo que empujara a «Cabeza de cerdo» a personarse en una comisaría el pasado 22 de septiembre fuera su percepción de la Justicia española. Clamparu, que llevaba mucho tiempo notando que la Policía cada vez le pisaba los talones más de cerca, quizás prefiriese probar suerte y sentarse ante un juez madrileño a enfrentarse a la pena de 13 años que le esperaba en su Rumanía natal. Pero el gran capo de la prostitución, de 43 años, no ha apuntado bien esta vez porque la Sección Tercera de la Audiencia Provincial le ha aplicado la pena máxima que solictaba la Fiscalía y pasará los próximos 20 años entre rejas –según la legislación vigente– aunque su pena es de 30 años de cárcel. Se trata de una sentencia sin precedentes ya que es la máxima condena que se ha aplicado en España a un proxeneta.
Los jueces de la Sección Tercera de la Audiencia le consideran el autor de cuatro delitos de determinación a la prostitución, un delito de determinación a la prostitución de menor de edad, y un delito de aborto. Le han condenado a cuatro años por cada uno de los delitos de determinación a la prostitución –además de 20 meses de multa a una cuota diaria de 12 euros–, a seis en el caso de la menor de edad, y otros ocho por el delito de aborto.
Asimismo, deberá abonar las costas procesales e indemnizar a tres testigos protegidas en 12.020 euros por daños morales y a la testigo presencial menor de edad y que fue obligada a abortar, en 30.506 euros por el mismo concepto. Por el contrario, una de las testigos, que no se benefició de la condición de protección a la que podía haber recurrido, no reclamó indemnización alguna. Tres de las testigos no pudieron ser localizadas «a pesar de las numerosas gestiones realizadas al afecto», según señala la sentencia, por lo que se procedió a leer las declaraciones prestadas en la fase de instrucción.
Puede que el temor a estar cerca del que fuera su «chulo», a pesar de que podían declarar tras un biombo de protección, les echara para atrás y finalmente declinaran declarar contra él. Y es que, además de lo repugnante de su negocio, las chicas explotadas destacaron, tanto en la fase de instrucción como en la vista oral, su extrema violencia. A una de ellas incluso llegó a amenazarla contándole que «había matado y descuartizado» a unas chicas desobedientes. Además de Clamparu, a quien las testigos identificaron siempre como el jefe de la organización, las víctimas aseguraron que había otras personas que se encargaban de vigilarlas y recaudar el dinero.
La caída de «El Zorro»
Años 90
Llega a España e introduce un nuevo «producto» en la prostitución patria: chicas rumanas, cuando aquí peodominaban las suramericanas.
2004
La Policía está a punto de arrestarle en su chalé de Boadilla pero escapó por un chivatazo de otra operación en Rumanía.
22 de septiembre
«Cabeza de cerdo», también conocido como «El Zorro» por la Policía, se entrega.
1 de febrero
Comienza su juicio en la Audiencia Provincial de Madrid. Se le acusa de obligar a mujeres a prostituirse y a abortar.
✕
Accede a tu cuenta para comentar