Sant Andreu
«Mas quiere la sociovergencia en Barcelona Cataluña y España»
«El PP es la clave del cambio real en la capital catalana» / «Trias no sabe hacia dónde va, un día apoya con ERC e ICV las consultas soberanistas, y otro pacta con Hereu»
–La carrera hacia la alcaldía de Barcelona ha empezado con ímpetu. ¿A partir de ahora va a tener algún fin de semana libre?
–Hace ya mucho tiempo que los fines de semana dejaron de ser sinónimo de descanso para mí. Creo poco en las campañas electorales, mi lema es todo lo que no hayas hecho en cuatro años de mandato no aspira hacerlo en quince días de campaña. Mi equipo encara la precampaña con la misma intensidad, trabajo y coherencia que ha demostrado a lo largo de la legislatura. El próximo fin de semana tengo cita con los Tres Tombs de Sant Andreu y el siguiente con los de Sant Antoni, igual que el año pasado. Creo que de aquí al 22 de mayo, el único día de fiesta que podré coger será el Viernes Santo, porque este año el Sábado Santo es Sant Jordi.
– Otra de sus máximas es que no hay ninguna maldición que obligue a una ciudad a estar gobernada más de 30 años por los socialistas. ¿El cambio en Barcelona pasa por Xavier Trias?
–El cambio pasa por el PP. Garantizamos el cambio en la buena dirección, porque el cambio que dice defender Trias no se sabe bien hacia dónde es. Un día apoya junto a ERC e ICV las consultas independentistas, y otro apuesta por la sociovergencia. Trias y Hereu pactaron la consulta de la Diagonal y gobiernan juntos en el área metropolitana, donde han pactado la subida de los títulos del transporte público y el recibo del agua. Un PP fuerte garantiza un cambio real, sin ingredientes del tripartito ni derivas nacionalistas, que son las dos cuestiones que me diferencian de Trias. Barcelona no sólo necesita cambiar de alcalde y de gobierno, sino de política y prioridades, y el PP es condición «sine qua non» para que haya este relevo.
–Pero la alcaldía baila entre dos aguas, la de CiU o la del PSC. ¿Con quién preferiría gobernar?
–El PP aspira a todo. Nuestro objetivo pasa por cambiar las políticas y las prioridades del gobierno. Artur Mas ya ha marcado la hoja de ruta de lo que CiU entiende por el cambio, una sociovergencia encubierta, una colaboración con los socialistas en Barcelona, Cataluña y España
–¿Le perjudica o beneficia que Hereu siga siendo el candidato?
– Hereu sólo es la punta del iceberg del agotamiento del proyecto socialista en Barcelona. Con o sin Hereu, el cambio es imparable, aunque él ejemplifica el agotamiento de 30 años de socialismo. Es importante que los ciudadanos se movilicen, si el PP hubiera logrado un concejal más en 2007, quizás hubiéramos gobernado.
–Habla de agotamiento, ¿cuál es el modelo de ciudad del PP?
–Barcelona tiene que dar un giro en defensa de la ley. Luchar sin complejos contra la delincuencia y la inmigración ilegal, y apoyar a los emprendedores con la colaborando de la iniciativa privada. Barcelona debe de ser referente de lo mejor y no ser noticia por la delincuencia, el incivismo o porque no sabe dónde colocar un monumentos a los gais.
– Veo que comparte con los barceloneses su preocupación por el paro, la inseguridad y la inmigración...
–El Ayuntamiento ha fallado en la lucha contra la crisis y la delincuencia. El PP hará hincapié en ambos problemas. Aunque las políticas activas de empleo están en manos de otras administraciones, el Consistorio tiene la capacidad de implantar ayudas para que los emprendedores conviertan en realidad sus propuestas. Tenemos que convertir Barcelona en una de las ciudades del mundo donde sea más fácil poner en marcha un negocio. Queremos un Ayuntamiento que sea referencia de eficacia y agilidad.
–Ahora que dice que la creación de empleo está en manos de otras administraciones, ¿el equipo de Alicia Sánchez-Camacho va a colaborar en su campaña?
–La coordinación entre el PP catalán y el de Barcelona es absoluta. Ya hemos promovido iniciativas juntos, como el certificado de convivencia para exigir el respeto de los inmigrantes a las ordenanzas, una iniciativa que propuse hace cuatro años en Barcelona y que se ha recuperado para la campaña catalana. La capital catalana arrastra 30 años de falta de colaboración entre ambos lados de la plaza Sant Jaume con CiU, primero, y con el tripartito, después. Exigimos un cambio. Hay que acabar con la confrontación y abrir una nueva etapa donde la Generalitat gobierne pensando en Barcelona
–¿Los resultados del PP en las autonómicas ayudan o la lógica de las municipales es diferente?
–Ayudan y mucho, porque, por tradición, en las elecciones municipales nos va mejor que en las catalanas. La mejora de los resultados en el Parlament (pasando de 14 1 18 escaños) es una buena señal. El PP puede impedir una mayoría nacionalista y facilitar el cambio que deje atrás el tripartito en Barcelona
–¿Introducirá cambios significativos en su lista?
–Puedo avanzar que mi equipo (siete concejales) ha hecho un trabajo eficaz. Hemos presentado más iniciativas que los 12 de CiU y los 4 de ERC juntos. Somos el azote del gobierno.
–Entre sus propuestas hay un recurso contra la normativa del catalán, ¿el nuevo reglamento limita la libertad?
–En 30 años de democracia, Barcelona no ha tenido la necesidad de aprobar un reglamento lingüístico. Nuestra denuncia no es en contra del catalán, sino a favor de la libertad lingüística, la pluralidad y el sentido común.
–Otra política que diferencia al PP son las políticas políticamente incorrectas en materia de inmigración, con las que a veces se acercan peligrosamente a partidos de extrema derecha comoPlataforma per Catalunya...
–Hace cuatro años propuse prohibir el burka, que la Policía pudiera acceder al padrón municipal para controlar a los irregulares o un informe de convivencia para exigir a los inmigrantes comportamientos cívicos... y seguiré defendiendo lo mismo. Quienes están cambiando son el resto de formaciones. Propuestas que han sido rechazadas en Barcelona, socialistas y nacionalistas las han aprobado en otros consistorios, como la prohibición del burka en Lleida o vetar el acceso a la residencia de inmigrantes incívicos en Tarragona, Salt o L'Hospitalet.
–No tiene miedo que los inmigrantes legalizados que votarán en las municipales se reboten
–No, yo apoyo que los inmigrantes se integren, cumpliendo la ley y respetando nuestras normas de convivencia.
–¿Qué tiene que decir de la intención de Joan Laporta de presentarse a las municipales?
–He rechazado siempre a Laporta, su plan del Miniestadi incluido. Yo al independentismo ni agua.
–Sin Laporta, ¿ERC se juega su presencia en el Ayuntamiento?
–Podemos pasar de un tripartito de facto en Barcelona, con PSC, ICV y ERC, a un tripartito en el pleno con PSC, PP y CiU, y que ERC e ICV desaparezcan.
Una Harley para Barcelona
Alberto Fernández (Barcelona, 1961) encara la recta final de la carrera hacia al alcaldía de Barcelona con la misma ilusión con la que un niño aguarda la noche de Reyes, con la esperanza de que lloverán novedades, pero la incertidumbre de no saber de qué tipo. Cinco horas antes de ir a ver la cabalgata de Melchor, Gaspar y Baltasar del barrio de Les Corts, «mi barrio», junto a su hija Clara, ultima trabajos en su despacho del Ayuntamiento de Barcelona. En otra sala de las dependencias del PP, le espera su hijo mediano, Alberto, que «ha cambiado el fútbol por el rugby», explica el candidato del PP a la alcaldía de Barcelona. Alberto Fernández junior no sabe qué decir cuándo le preguntan si se dedicará a la política, lo que sí tiene claro es que no tiene miedo a subirse en la Harley Davidson con su padre. La libertad que siente a lomos de su Harley es la que Fernández defiende para Barcelona.
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