País Vasco
Llega la «moneda vasca»
MADRID- El País Vasco francés, primero, y el vascoespañol, más tarde, podrían estrenar una moneda propia, alternativa al euro, que sólo se utilizaría en el País Vasco, copiando una experiencia de moneda complementaria, que ya funciona en algunos países y que, sobre todo, en la región alemana de Chiemgau ha tenido notable éxito. La iniciativa parte de una asociación para la creación de una moneda local vasca (euskalmoneda. org), ubicada en el sur de Francia.
El proyecto vasco está, de momento, en pañales. Previamente, la asociación desea realizar un primer experimento hacia finales de este año a modo de prueba piloto. Primero, tiene que definirlo con claridad, para poder presentarlo a las asociaciones. En primavera, se organizará una campaña para elegir el nombre de la moneda «de forma democrática y participativa, invitando a los habitantes de Iparralde a proponer unos nombres para su moneda, y luego elegir uno», según dice su página web en internet y alguno de sus enlaces.
El planteamiento es que una moneda local puede ayudar a las empresas locales a relocalizar la economía, a trabajar por el medio ambiente, a evitar la especulación y a estrechar el vínculo social. El argumento es que con las monedas complementarias, una mayor parte de la riqueza generada por el trabajo local se queda en el territorio, en vez de ser transferida a otros lugares, con lo que el círculo económico funciona de manera virtuosa.
Quienes promueven esta moneda en el País Vasco la definen como «vasca, ecológica y social», pues creen que favorecería un desarrollo local y sería compatible con la preservación del medioambiente. Pero con la moneda, sus promotores, también pretenden impulsar el uso público del euskera en los comercios, dentro de la preservación de la cultura vasca. Así, en un restaurante, por ejemplo, podrían proponer aumentar la utilización de productos locales, preparar un menú bilingüe, reciclar los desechos... Es decir, no olvidarían la parte identitaria.
Los promotores de la moneda vasca complementaria visitaron Chiemgau, que es el lugar donde más éxito ha tenido una moneda propia: el chiemgauer. En principio tiene paridad con el euro, pero si no se usa, trimestralmente pierde un dos por ciento de su valor. Para que lo mantenga, es preciso actualizarla y la renovación vale 10 céntimos. Estas condiciones de uso incentivan su rápido consumo.
Además, si una empresa o comercio tiene en su poder más chiemgauer de los que puede gastar, los transforma de nuevo en euros, pero se le retiene un cinco por ciento que se utiliza para financiar el sistema (dos por ciento) o para financiar asociaciones locales con el restante tres por ciento. Pero en el caso del País Vasco, a este sistema meramente mercantil, con el que se fideliza clientes, se financia proyectos o se publicita compañías, se le añadiría el componente nacionalista.
Al estilo del chiemgauer
Las promoteres de la idea han vuelto su mirada a Chiemgau, una pequeña comarca de Alemania, en la que circula con éxito el chiemgauer, moneda alternativa al euro. El número de habitantes de esa región alemana, unos 280.000, es similar a la población que reside en el País Vasco francés. Al igual que la zona vascofrancesa, la germana está situada en zonas rurales y pequeñas ciudades.
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