Pamplona
Guardiola erró
El periodo de gracia concedido, y bien merecido, por los medios informativos a Guardiola sospecho que ha terminado. Hay momentos en que la exquisitez empacha. Hay situaciones en las cuales la singularidad cansa. Entre él y su consejero áulico, Manel Estiarte, han conseguido poner en solfa al club por su actuación irresponsable en las vísperas del partido de Pamplona. Que verbalmente desde la Federación Española se dijera que se posponía el encuentro para el domingo, sin la aprobación de Osasuna, no era razón suficiente para mantenerse en sus trece. Guardiola se equivoca cuando pretende dejar los desplazamientos para el día. Los árbitros tienen obligación de pernoctar en la ciudad en la que van a arbitrar y lo tradicional en el fútbol también es dormir la víspera en la población donde se juega.
La directiva barcelonista no osa discutir ninguna de las decisiones de su entrenador, ni de su director de imagen, porque los triunfos le avalan. Sin embargo, hay ocasiones en que ciertas decisiones son, como mínimo, caprichosas.
Todos los clubes que tuvieron dificultades para su desplazamiento las solventaron con prontitud cambiando el proyecto de viaje por soluciones eficaces. El ejemplo de quienes han tenido que recorrer media España en autobús ha ayudado a poner en solfa al Barcelona. Guardiola, además, no estuvo fino en las declaraciones post partido. Y menos aún Estiarte, que culpó a los medios informativos de que no hubiera habido aplazamiento al domingo.
Al Barcelona, club al que habitualmente se le tienen ganas, y más aún desde que juega tan bien, sólo le faltaba el desconcierto de Pamplona. Pep erró.
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