Opinión / El protocolo

Dicen que después del mosqueo que se pilló ZP por el ruido de viento que le cayó en el Desfile, la Ministra de la cosa está dándole vueltas a esa mente preclara que la distingue y quiere montar un protocolo anti abucheos. Hala, toma coz a la libertad de expresión. Y además, se escudan en que la derecha –otra vez el can agresivo- lo promovió. Pero, mujer, pero Pepiño, que esa excusa huele ya .Cuando los sms se mandan desde Ferraz para darle en el morro al de enfrente, la acción es progresista, audaz y solidaria. Y cuando se hace al revés, es facha y poco patriótica. Mal rollo. Sin embargo, hay que denunciar que la peña se ponga borrica cuando se recuerda a las víctimas y caídos. Ese silencio es sagrado. Y la desconsideración no debe repetirse nunca más, por respeto y conciencia colectiva. Pero, de ahí a montar un protocolo para callarle la boca al pueblo soberano, hay un abismo como el de las Marianas. Si Zapatero es un mindundi, la gente se lo dice y se queda tan pancha. Si apartan la tribuna para que los ciudadanos no se rocen con el tipo menos popular de los últimos años, la peña grita más fuerte. Y si el Gobierno es sordo, por lo menos que no invente protocolos más propios de su colega venezolano y aprenda a soportar las críticas, que la gente está muy cabreada y con razón, porque el inquilino de Moncloa ha conseguido calentar a pensionistas, funcionarios, autónomos, militares y mediopensionistas. A todos, excepto a los corifeos que siguen jaleando a un boxeador noqueado que se agarra a las cuerdas esperando un golpe de suerte. Me parece que cuando pintan bastos, hay gente que se olvida de cosas tan básicas como la propia democracia que habitamos. Espero que haya alivio, amigos. Y sálvese el que pueda.