Costa Rica
Wembley la leyenda de Iker
Vicente del Bosque envidia a Iker. Al seleccionador le hubiera gustado jugar en Wembley, más allá de para dirigir partidos, pero nunca lo hizo. Casillas, sin embargo, es un « privilegiado» porque en el mítico estadio londinense fue donde comenzó su leyenda y hoy vuelve al nuevo Wembley para vivir otro momento mágico de su carrera internacional: igualar el récord de internacionalidades (las 126 de «Zubi») de la Selección once años y 126 días después de debutar con la absoluta aquel 3 de junio de 2000 frente a Suecia en Goteborg.
Fue José Antonio Camacho el responsable de que aquel chaval, que fue promesa en 31 partidos con las categorías inferiores, se despojara del chándal dos semanas después de cumplir 19 años para pisar el césped junto a los «mayores» y sustituir a Molina. Pero Iker no se olvida de Iñaki Sáez, Aragonés y Del Bosque, los que le dieron continuidad para hoy igualar a «Zubi» y el martes frente a Costa Rica, con 127 partidos, convertirse en el jugador de «La Roja» más longevo en internacionalidades.
Por todo ello, la Federación, Del Bosque y sus compañeros le tenían ayer guardada una sorpresa, a la que sólo él era ajeno. Un vídeo con sus mejores momentos con la Selección. Desde su debut hasta sus últimas paradas, pasando por los grandes recuerdos de la Eurocopa 2008 y el Mundial 2010. Y Casillas apenas pudo contener las lágrimas. Del Bosque le cogió la mano para ayudarle a remontar la emoción y poder hablar. No en vano, han sido dos días de grandes detalles para el internacional más legendario. Y los que están por llegar. «Batirá todas las marcas», le augura Xavi (105), el segundo capitán. «Él es portero, a los jugadores de campo no nos dura tanto la cuerda», bromeó.
A mano tiene Iker superar las 150 internacionalidades de Mattäus, teniendo en cuenta que Zubizarreta llegó a las 126 con 38 años y el madrileño lo hace con 30. Mucho más factibles serán los 72 encuentros imbatidos del holandés Van der Sar, él lleva 70; o las 94 victorias de Thuram, de las que está sólo a dos; y meritorio será dejar atrás los 517 minutos que Walter Zenga mantuvo a cero la portería en los Mundiales.
Casillas atesora, por ahora, 433 minutos.
Iker retorna a Wembley y los recuerdos se le agolpan. Tenía 14 años cuando Teodoro Nieto aquel 9 de marzo de 1995 le daba el relevo a de Aranzubía en el Europeo sub'15, que España ganó. Y también el Europeo sub'17 dos años más tarde. Y dos más tarde la Meridian Cup, justo antes del campeonato que a él y a otro como Xavi les sirvió para catapultarse, hacer ver que en esa generación había petróleo, desde los filiales hasta los primeros equipos de sus clubes o la absoluta, el Mundial de Nigeria sub'20.
Desde entonces, media vida, Casillas y Xavi han compartido muchos momentos: los malos, cuando España no creía en su Selección, o los buenísimos de los últimos cuatro años y de los que Iker no quiere olvidarse con esa extraordinaria camada (Salgado, Morientes, Raúl, Hierro...) que no tuvo fortuna. «Iker nos ha salvado de muchas derrotas, parece tener una vida, un crédito (en un símil con los videojuegos) que otros no tienen. Y como persona, en el vestuario, grupo en el que está te hace sentir bien», destacó de él Xavi ayer.
q La mejor parada. Casillas y Xavi coinciden en la de la final del Mundial, el pie que saca al disparo de Robben como la más importante y trascendental. «Las finales se deciden por un detalle y ese detalle nos lo dio Iker. Quizá no es la más bonita... como la que le hace a Perotti en el Sánchez Pizjuán», relata el segundo capitán nacional. Casillas asiente en todo momento: «Tampoco es una parada fuera de lo normal, pero sí es la que siempre se va a recordar y yo estoy muy orgulloso de ese momento».
q Wembley, especial. «Conocí el antiguo estadio y voy a pisar el nuevo. A diferencia de los clubes, los partidos con la Selección son menos y los puedes recordar más. Con 14 años todos los campos en los que había jugador eran de tierra y pasé de la liga de cadetes al mítico Wembley. Allí me sentí un privilegiado, es un recuerdo que tengo guardado como mucha nostalgia y cariño», reconocía un emocionado Iker, que esta tarde hará historia en el mejor escenario y ante un rival mítico.
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