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El material del zulo suficiente para 5 bombas de gran potencia
MADRID-El material que ETA guardaba en el zulo de Abadiño (Vizcaya) hubiera permitido al «comando» del que dependía el escondite la fabricación de cinco artefactos de gran potencia, con unos siete kilos de explosivo, como los que los pistoleros han utilizado contra las empresas cuyos propietarios se negaban a ceder al chantaje del «impuesto revolucionario».
En el zulo, según confirmó ayer la Ertzaintza, había 34 kilos de nitrato; seis de polvo de aluminio; siete detonadores; cinco temporizadores y dos rollos de cordón detonante.
Los expertos subrayan que el material, perfectamente embalado para evitar la acción de la humedad, se encontraba en «muy buen estado de conservación en el interior de un bidón» de un metro que se hallaba enterrado.
El nitrato y el polvo de aluminio son dos de los materiales con los que ETA fabrica el amonal y el amosal, explosivos utilizados habitualmente en sus atentados. La presencia de temporizadores es lo que hace pensar que el «comando» responsable del zulo tenía previsto cometer atentados contra empresas, sedes de partidos políticos, servicios del Estado, turismo, etcétera. En cualquier caso, objetivos fijos (edificios).
El hallazgo del escondite, después de celebradas los comicios municipales y generales, que han permitido a ETA reconstruir su «Frente Institucional», ha demostrado algo que denunciaban los expertos antiterroristas, a los que no se prestó mucha atención dentro del ambiente de «paz», generado por intereses electorales, en el que se pretendía convencer a los votantes de que ETA ya había terminado, que se trataba de una «victoria de los demócratas», pero en especial los socialistas y nacionalistas.
La realidad, como demuestra el descubrimiento del «zulo», es otra.
La banda no ha entregado sus armas y explosivos (ni parece que tenga intención de hacerlo), sino que mantiene el material en perfecto estado de uso, por si las circunstancias cambiasen y hubiera que dar algún «aviso» a los que no acepten seguir con el «proceso» puesto en marcha hace dos años.
En el manual de adiestramiento de los nuevos pistoleros, ETA advierte de la necesidad de aislar bien los materiales (como ha ocurrido en este caso) «porque van a encontrarse largo tiempo (sic) a merced de los cambios climáticos y bajo una tierra que seguramente chupará humedad».
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