Grecia
Merkel sienta cátedra en su partido y rechaza el oro como aval del rescate
La respuesta de la canciller alemana Angela Merkel fue rotunda: no aceptará que se exijan las reservas de oro como garantía. Y es que el partido que preside, la Unión Cristianodemócrata (CDU), volvió ayer a despertar el debate, por boca de la ministra de Trabajo, Ursula von Der Leyen, en torno a las reservas de oro de sus socios comunitarios.
Propuso que los países endeudados que recurran al fondo de rescate europeo (EFSF) las aporten como garantías. Fue más lejos; también instó a que presenten las participaciones en empresas estatales, dado que según fuentes de la formación, el aval podría ascender a centeneres de miles de millones. Pero la propuesta, sujeta a debate dentro de la formación, se cerró con un golpe en la mesa por parte de Merkel en una reunión extraordinaria de la CDU en la que se abordó la propia reforma del EFSF. A Merkel la apoyó el jefe del grupo parlamentario conservador, Volker Kauder, pero la necesidad de consenso en Alemania respecto al fondo de rescate europeo sigue latente.
No sólo la formación de Merkel se mantiene firme a la hora de marcar condiciones frente a la reforma del fondo de rescate europeo; también el co-gubernamental Partido Liberal (FDP) sigue encendiendo el diálogo sobre una reforma que debería aprobarse, a más tardar, el próximo 23 de septiembre en el Parlamento federal alemán (Bundestag). El rechazo, en definitiva, se fundamenta en la consideración de que el paraguas del rescate crearía, de facto, un mecanismo de transferencias automáticas a los países sobreendeudados.
De este modo, aunque se da por hecho que la reforma será aprobada por Bundestag, la cúpula de la CDU de Merkel sigue inquieta frente a la situación de los países más endeudados de la zona euro. El lunes incluso reveló la creación de una comisión para tratar de dirimir las divergencias en el seno de la formación sobre el pararrayos con Grecia.
En cualquier caso, el país heleno puede respirar tranquilo, dado que parte de la oposición alemana ha anunciado que respaldará la reforma, lo que no excluye que Angela Merkel quiera asegurarse de que lo hará con una mayoría propia de las filas gubernamentales. Es decir, lo contrario pondría en tela de juicio su liderazgo.
Tendrán que aunarse posturas en Alemania para formular un discurso único que debería aprobarse, por el congreso ordinario de la agrupación, a mediados de noviembre.
No obstante, destacados miembros de la CDU han presionado a Merkel estos días para que el congreso extraordinario tenga lugar antes del Bundestag. No es la intención de Merkel.
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