Valencia se blinda con 2600 agentes ante la llegada de 50000 aficionados

VALENCIA-Las calles de Valencia se preparan hoy para recibir a los 50.000 aficionados que acuden a la final de la Copa del Rey que enfrenta al FC Barcelona y al Real Madrid. El encuentro que acoge el estadio de Mestalla, comenzará a las nueve y media de la noche, pero la llegada de las dos aficiones a partir de primera hora de la mañana convertirá a la capital en la sede del fútbol nacional. Para evitar desmadres más allá de los habituales, se ha establecido un amplio dispositivo de seguridad y coordinación compuesto por 600 agentes de Policía Local y cerca de 1.000 efectivos de la Nacional. Todos ellos vigilarán que los del Barça, ubicados junto al Campus de Tarongers, y los del equipo merengue, en el antiguo cauce a la altura del puente de Las Flores, no causen destrozos.
Así, para facilitarles la llegada a los recintos donde tienen instaladas las carpas y posteriormente al estadio, la EMT ofrece 73.000 plazas -con las líneas 9, 10, 32, 40, 71 y 81 para los culé y la 9, 10 y 41 para los madridistas-. Asimismo, al finalizar el partido, autobuses lanzadera esperarán a los aficionados para devolverlos a las respectivas terminales ferroviarias. Y es que se espera que lleguen en avión y por tren en las estaciones del Norte -los de Barcelona- y Joaquín Sorolla -los del AVE de Madrid.
Sin embargo, ayer, antes de que el grueso de la afición desembarcara en Valencia, algunos ya calentaban el ambiente. Uno de ellos, el alcaldable de SI por Barcelona, Santiago Espot, que instaba a los culés a protagonizar una pitada sonora contra el himno español en protesta por la voluntad de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de que suene a 120 decibelios en Mestalla. Además, amenazaba al Ayuntamiento de Valencia con demandarlo si incumple la normativa sobre contaminación acústica y permite que el himno suene a este nivel.
Por otra parte, se supo que el equipo madridista debía aún al Consistorio capitalino los 4.000 euros de la tasa por ocupación de suelo público -al Barça lo alojó la Universitat de València gratuitamente-. No obstante, fuentes del Ayuntamiento confirmaron que, si bien no se les iba a perdonar el pago, sí habían hecho frente al desembolso de 3.000 euros en concepto de fianza.

«Anfitriones de lujo»
«Sin duda, Valencia es el escenario ideal para una final de esta envergadura. Los valencianos han demostrado que son unos anfitriones de auténtico lujo». La alcaldesa Rita Barberá celebraba ayer la elección de la ciudad como sede de la final, pues, a su juicio, supone «un orgullo» y «pone de manifiesto su dinamismo». Prometió recibir «con los brazos abiertos a los visitantes», pero, no obstante, confía en que ambas aficiones tengan «un comportamiento modélico y colaboren para que el éxito de este gran acontecimiento».